Una vez termine la construcción del proyecto, Empresas Públicas de Medellín (EPM) tendrán la operación de la hidroeléctrica durante 32 años y luego la restituirán al departamento.
Así lo explicó el gerente de Idea, Álvaro Vásquez, al hablar de la negociación que se adelanta.
El acuerdo al que llegó el Instituto para el Desarrollo de Antioquia (Idea) y la Gobernación del departamento con Empresas Públicas de Medellín (EPM), para que ésta empresa financie, construya y opere la Central Hidroeléctrica Ituango (Hidroituango), le permitirá a esta región dejar de depender solamente de los ingresos provenientes de los impuestos a la cervezas, los cigarrillos y juegos de suerte y azar.
El gerente del Idea, Álvaro Vásquez, reveló que aunque el compromiso es tener en operación 1.085 gigavatios en diciembre de 2018, las obras se anticiparán para diciembre del 2017, pues ello implica recibir por anticipado 800 millones de dólares de ingresos.
¿No había compromisos ya adquiridos en el proceso de licitación para la construcción de Hidroituango?
No. Lo que se hizo fue una invitación abierta a una precalificación y ahí se inscribieron 11 proponentes, de los que fructificaron siete. Hubiéramos adquirido un compromiso muy serio si hubiéramos colgado los prepliegos en la página de Internet.
¿Específicamente cuál es la metodología del memorando de entendimiento con EPM?
Esa era la parte compleja y nos pusimos de acuerdo en lo siguiente. Lo primero es la remuneración al momento de la firma del documento, que será de 205 millones de dólares para los socios diferentes a EPM.
La segunda, es la restitución de la central hidroeléctrica en perfectas condiciones a la que se compromete EPM a los 40 años de la firma del documento, es decir, después de 32 años de operación.
La tercera forma de remuneración, que contempla un pago anual durante los 32 años de operación, sobre lo que todavía no podemos decir una cifra, pero la metodología quedó muy clara la forma cómo se va a obtener.
¿Qué se ha analizado al respecto?
Para llegar a esa cuota anual se basa en que el proyecto le garantice a EPM la tasa interna de retorno promedio de sus proyectos y, a partir de allí, vendrá entonces la posición de Inverlink, que dice que una parte de los puntos que se obtengan por encima de esa cifra garantizada sean para el proyecto en general y otra para los socios diferentes a EPM. Es el premio que se les paga por negociar de manera directa y no a través de subasta.
¿El memorando acorta los tiempos de ejecución del proyecto?
No, porque independiente del cronograma, se avanza sin ningún atraso. Este acuerdo tiene que ver con quién financia, quién construye y quién opera, pero para efecto del cronograma quedó suscrito que sobre la base de diciembre de 2017 no hay ningún impacto.
¿Se confirma el inicio de operaciones en el 2017?
Sí. Estamos en la obligación de tener en operación 1.085 gigavatios en diciembre de 2018, pero en nuestro cronograma lo contemplamos en diciembre del 2017.
¿Qué representa este año de anticipo para el proyecto?
Nos mantenemos dentro de ese trabajo y hemos tomado todas las medidas y decisiones que nos garanticen cumplir con la anticipación del año, porque eso significa 800 millones de dólares de ingresos.
¿Con el acuerdo, cómo quedan los aportes de los socios en el proyecto?
Nosotros ya hemos hecho unos aportes, que para la participación del Idea del 50,8 por ciento representan 238.000 millones de pesos. Pero el ciento por ciento de las necesidades de financiación serán aportadas si confirmamos este acuerdo con Empresa Públicas, ya que ningún accionista distinto se tiene que preocupar de financiación ni de garantías.
Esa es la parte bonita del negocio, porque nosotros colocamos 238.000 millones de dólares y, a la firma del acuerdo, recibiremos 400.000. Es decir que reponemos los 238.000 millones y obtenemos un excedente de 162.000 millones de pesos.
¿Qué otros detalles tiene la metodología del acuerdo con EPM?
Hay uno fundamental y es que ni el Idea ni el departamento ceden sus acciones. Es una estrategia de Antioquia para lograr ingresos diferentes a los provenientes de impuestos a los licores, a los cigarrillos y a los de juegos de suerte y azar, que ha tenido durante su historia económica.
En la medida en que esto ayude a mejorar las condiciones de vida, se reducirá la población que llega a las zonas marginales de Medellín.
¿En qué momento se espera tener ya firmado el acuerdo para iniciar en firme el proyecto?
Esperamos que en 45 días, una vez que se tengan todos los documentos jurídicos elaborados, y que revisemos que no haya forma de echar para atrás. Allí EPM toma posesión del proyecto.
En estas dos semanas se pulirán las cifras, pero ya están trabajando todos los equipos jurídicos, tanto de EPM como de Hidroituango, y las dos bancas de inversión (BNP y Santander Investment) para garantizar que la documentación esté lista en 45 días como máximo. Es decir, que a mediados de agosto arrancaría.
¿En el acuerdo EPM ha contemplado la venta de energía generada al exterior?
Para el 2018 Hidroituango debe aportar el 18 por ciento de la energía. Obviamente nosotros suponemos que EPM buscará fórmulas alternativas de colocar la energía en sitios diferentes al sistema interconectado, porque no querrán que se les deprima el precio y les afecte su propia estructura.
Si la energía se involucra al sistema interconectado, el precio se reduce porque es demasiada en dos golpes muy serios de 1.200 megavatios cada uno. Pero si el país continúa con el crecimiento por encima de las expectativas, estamos seguros que EPM buscará la forma de aplicar la energía por fuera del sistema, para que el precio no se baje.
¿Cómo queda el país en materia de generación eléctrica frente a otras naciones de América Latina?
El sistema colombiano no es tan grande, porque en Brasil hay una sola central que supera toda la capacidad de generación hidroeléctrica de Colombia, que es Itaipú. Ahora, la de Belomonte, que acaba de ser adjudicada, es de 11.500 megavatios, casi cinco veces Hidroituango.
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