El 6 de agosto de este año, a las 8:15 de la mañana se escribió en Hiroshima, Japón, uno de los capítulos más sangrientos y amargos de la historia mundial.
El tiempo era bueno y claro. Las madres daban de desayunar a los hijos que irían a la escuela y muchos obreros ya habían empezado su trabajo.
Hiroshima era entonces una ciudad con unos 300.000 habitantes y famosa por la belleza de sus sauces.
Pero la primera bomba atómica de la historia de la humanidad, lanzada por Estados Unidos, arrasó con todo en segundos: la ciudad fue convertida en un cuento de terror.
La bomba nuclear sobre Hiroshima mató a 80.000 personas, según algunos libros de historia, y pulverizó instantáneamente a 17.000 seres humanos, que quedaron carbonizados de inmediato, por las elevadas temperaturas que desencadenó apenas estalló.
La temperatura liberada por la bomba alcanzó decenas de miles de grados centígrados, de acuerdo con expertos.
Se desintegraron personas, automóviles, edificios. El fuego expedido hizo desaparecer barrios enteros, con casas y habitantes.
El artefacto lanzado, al que los militares estadounidenses llamaban "la cosa", tuvo una potencia de 20 kilotones o el equivalente a 20 veces la explosión de mil toneladas de TNT, según cálculos técnicos.
Los efectos mortales producidos por "la cosa" no sólo fueron por las elevadas temperaturas, también por la acción mecánica de la onda expansiva y por la ra-dioactividad.
Tres días después, otra bomba atómica se arrojó sobre Nagazaki, en Japón también, y en menos de un mes el horror provocado por la masacre atómica hizo rendir a los japoneses.
Hiroshima quedó totalmente destruida.
Las cifras
Existen discrepancias, pero se estima que por las bombas y durante el año siguiente a su lanzamiento murieron entre 90.000 y 166.000 personas en Hiroshima como consecuencia directa de ellas, y entre 60.000 y 90.000 en Nagasaki.
- Informativo Digital Heraldo del norte #Ituango
- MEDELLIN, ANTIOQUIA, Colombia
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