El acuerdo logrado sobre el proyecto Hidroituango, en los primeros días de agosto, entre EPM, por el municipio de Medellín, y el Idea, por el Departamento de Antioquia ha sido calificado de "ganamos todos". Sin embargo, si se consideran el proceso por medio del cual se llegó al acuerdo, y el resultado, los ganadores netos son el gobernador Ramos, el gerente del Idea y los accionistas privados de la sociedad Pescadero-Ituango. Ramos y el "maquiavélico" -de acuerdo con el editorialista de 'El Mundo'- Álvaro Vásquez, el cerebro de toda la operación, les dieron un golpe de mano al gerente de EPM y al alcalde de Medellín. Impusieron sus condiciones, y a Restrepo y a Salazar les tocó jugar el juego de la gallina: "El primero en intervenir decidirá traicionar, forzando al otro a cooperar y obteniendo así el mejor resultado" (Wikipedia).
La traición. El Idea compró por casi 100.000 millones de pesos el 6,12 por ciento de la participación de los accionistas minoritarios del proyecto hidroeléctrico Pescadero-Ituango, para hacerse a la mayoría accionaria con el 51,7 por ciento. Esta acción fue calificada como una "toma hostil". ¿Por qué?
EPM, que era el accionista mayoritario en marzo del 2006, con el 53,07 por ciento de participación, accedió a compartir el control mayoritario del proyecto con el Departamento de Antioquia cediéndole 7,07 por ciento de sus acciones, de tal manera que cada uno quedara con el 46 por ciento. El Idea, a pesar de este gesto de buena voluntad de EPM, decidió comprarles su parte a los accionistas privados, alegando que EPM también quería hacer lo mismo. ¿Por qué semejante paso?
El gerente del Idea en el 2008 anunció el propósito de la toma de la mayoría accionaria: "La Gobernación de Antioquia quiere una nueva junta directiva del proyecto Pescadero-Ituango que refleje la nueva realidad accionaria" y, por lo tanto, retener el control de la toma de decisiones.
Los primeros beneficiados fueron los accionistas minoritarios privados. "Las acciones del proyecto se pagaron hace 10 años a 1.000 pesos cada una, y es posible que valieran actualmente 2.000 pesos, o máximo 4.500 pesos -planteó el editorialista de 'El Mundo' en su momento-, y el Idea pagó 36.854 pesos por cada una". Inmediatamente, EPM solicitó a la Contraloría General de Antioquia una investigación fiscal porque, con la operación, "se benefició indebidamente y en forma desproporcionada el patrimonio de un grupo de accionistas privados en detrimento del patrimonio público". Sin embargo, esta demanda no prosperó y se resolvió a favor de Ramos-Vásquez.
Forzados a cooperar. La Gobernación impuso, desde la junta directiva del Consorcio Pescadero-Ituango, una subasta internacional para ceder la concesión de la hidroeléctrica a una firma internacional o, en su defecto, a EPM, siempre y cuando esta compitiera en pie de igualdad con las firmas multinacionales. Esta situación alarmó a todos. La élite regional, que no solo controla la propiedad privada de los grupos económicos locales, sino también las principales empresa públicas de la región y la ciudad de Medellín, sintió que se iba una presa de sus manos en caso de que el proyecto recayera en extranjeros, porque una cosa es ser empleado de una empresa extranjera y representarla y otra ser el principal jugador del proyecto, con el poder de controlar contratos, compras, empréstitos, nombrar la nómina, controlar el prestigio y la crítica. La élite regional ha entendido que el problema no es la propiedad, pública o privada, sino quién controla y quién toma las decisiones para beneficio de ella misma y, por supuesto, de la región y la ciudad, porque el respeto de aquella hacia EPM ha permitido -con contadas excepciones, claro está-, a pesar de su carácter público, que esta sea eficiente y rentable. La élite paisa no es privatizadora por principios, sino pragmática.
Todos a una, como en Fuenteovejuna. La élite se levantó como un solo hombre para que el Departamento cediera el proyecto de concesión a EPM. Incluso, el presidente Uribe Vélez ayudó a cuajar el acuerdo. La estrategia les estaba funcionando a Ramos-Vásquez con la amenaza extranjera. Consiguieron un acuerdo que ni EPM había previsto en sus peores cálculos, ni soñado en sus más tenebrosas pesadillas: adelantar 205 millones de dólares, 200 para el Departamento, con cargo al costo del proyecto, y después de 50 años, terminada la concesión, el Departamento recibirá el 52 por ciento de las ganancias anuales, cercanas a 520 millones de dólares anuales (de hoy), es decir, 4 fábricas de licores de Antioquia. Una gran revolución en materia fiscal para financiar el desarrollo futuro de Antioquia y sus necesidades.
El acuerdo. EPM paga por la concesión, que comprende la construcción, la operación, el mantenimiento y la transferencia, "205 millones de dólares, con tres componentes: 100 millones de dólares como anticipo de los excedentes de la central (...), otros 35 millones de dólares que dependen de que el proyecto se desarrolle como una zona franca (...) y 70 millones de dólares, que es lo que han aportado como capitalizaciones para adelantar el proyecto, que ya está en curso (en vías y otras obras)" ('El Colombiano', entrevista con el gerente de EPM, 15 de agosto del 2010).
EPM recibe a cambio la concesión de la hidroeléctrica por 50 años, 8 de construcción y 42 de operación, y unos excedentes económicos considerables, en donde EPM invertirá 3.000 millones de dólares y generará el 20 por ciento de la energía del país. Igualmente, 156 municipios, y no solo de Antioquia, sino también de Valle, Risaralda, Cauca, Quindío y Caldas, recibirán por regalías unos 40.000 millones de pesos anuales (a pesos de hoy).
Sin duda, el hombre del año en Antioquia sería, si la mención se la dan a quien se la merece, el astuto y audaz Álvaro Vásquez, a pesar de todas las críticas. Y el gobernador Ramos Botero es el gran beneficiario político.
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