Turismo de crucero en el nivel más alto de la tecnología náutica.
A principios del siglo XX, el Titanic fue una maravilla construida por los humanos, que desafió la seguridad en alta mar. En los años 70 y 80, la serie de televisión estadounidense el Crucero del Amor convirtió a las gigantes embarcaciones en un sueño romántico por conquistar en la vida real. Hoy, a finales de la primera década del siglo XXI, el Allure of the Seas, el nuevo crucero más grande y novedoso del mundo, aparece con la unión de todos los ideales de lujo, entretenimiento, tecnología y comodidad desarrollados en las diferentes épocas en las que los barcos dejaron de ser sólo medios de navegación y herramientas de combate para convertirse en majestuosos espacios turísticos.
Desde Turku, en Finlandia, la marca internacional de cruceros Royal Caribbean trajo el Allure of the Seas hasta el puerto Port Everglades, en Fort Lauderdale, Florida, donde se inició al primer viaje del gigante con turistas a bordo.
Decenas de buses, miles de maletas y grandes sonrisas fueron las que llegaron hasta esta ciudad de Estados Unidos para descubrir las maravillas del publicitado crucero, que se vislumbraba ya inmenso desde unos kilómetros antes de llegar al puerto. Adentro, en el quinto piso, donde se da la bienvenida a los turistas, las sonrisas se volvieron más grandes y se combinaron con gestos de asombro, y no era para menos: la vista era la de una calle perfectamente distribuida, decorada y ambientada en una de las ciudades más bellas del mundo.
Con capacidad para 5.400 huéspedes, ubicados en 2.700 habitaciones, el Allure cuenta con 16 cubiertas. Allí se materializan espacios diferentes que se sintetizan en siete áreas temáticas distintivas: Central Park, Boardwalk, Royal Promenade, la Zona Deportiva y de Piscinas, el Spa y Centro de Acondicionamiento Físico Vitality at Sea, Entertainment Place y Youth Zone.
De todo y para todos
Al recorrer cada piso se descubre que ningún detalle ha quedado por fuera en el Allure, donde es posible encontrar desde un bar para tomar champaña, pasando por un salón de jazz y una pista de atletismo, hasta un gran espacio dedicado al cuidado de los niños.
Contar con 26 restaurantes dedicados a diferentes tipos de gastronomía es uno de los grandes privilegios que se pueden disfrutar en el barco. Comida brasileña, italiana, asiática, mexicana, menú degustación, gourmet, bar de vinos, tapas y quesos, especializados en carnes, además de un bufé para desayuno y almuerzo se convierten en una verdadera maravilla culinaria, posible de encontrar en un mismo lugar, a tan sólo unos cuantos pisos.
El comedor principal, con tres niveles al estilo Art Deco de 1920, es el escenario habilitado para disfrutar de una cena elegante, con una comida exquisita. Hasta allí llegan los huéspedes con sus mejores atuendos, lo cual recuerda el buen gusto de las prendas que se elegían con mucho detalle para lucir en un crucero.
Discotecas (latina, dance, electrónica), bares pub (cerveza) y fiestas en los diferentes niveles del barco, además de un inmenso casino, alegran las noches del Allure, que en muchos de sus espacios tiene ambiente de fiesta hasta la madrugada.
La noche toma más interés en el crucero gracias a los espectáculos que se presentan cada día. Chicago, el gran musical de Broadway se presenta en, quizás, el mejor teatro a bordo de un barco. Blue Planet, la nueva producción aérea, y el espectáculo sobre hielo Ice Games, ambos creados por Royal Caribbean Productions, tienen sus propios escenarios: el primero en Studio B (pista de patinaje) y el segundo en un acuateatro al aire libre.
Niños, sol y salud
Vitality Spa es la marca encargada de brindar todo un grupo de tratamientos de belleza y relajación a bordo del crucero más grande del mundo. Allí se reúnen salones especializados para manos, pies, cara, cuerpo y dientes, con terapias especializadas en cada público (mujeres, hombres, adolescentes y niños).
A esto se añade un gimnasio dotado con las máquinas más modernas para hacer ejercicios. En él se brinda la oportunidad de tener entrenador particular y sesiones especiales de entrenamiento, de manera que es el otro espacio que permite cuidar el cuerpo durante el viaje.
Kids Avenue, ubicado en el piso 14, es el lugar de los niños. Allí los padres encontrarán expertos que se encargarán de sus hijos y les brindarán días completos de verdadero entretenimiento por medio de música, arte, teatro, laboratorios, centros de juegos, títeres, entre otras actividades.
Y lo mejor, el sol caribeño, que imponente en las cubiertas 15 y 16 se disfruta en un amplio grupo de piscinas y jacuzzis, ubicados de lado a lado en los 360 metros de largo y 66 metros de ancho que tiene el barco, en ubicaciones estratégicas que permiten tener un descanso con una vista marítima inigualable, mientras se disfruta de una bebida helada.
Baloncesto al aire libre, práctica de surf en piscinas con olas, canopy de un extremo al otro del barco, juegos de mesa y lugares especiales para leer también se disfrutan a esta altura sobre el océano Atlántico.
Durante los días que toma un viaje sobre un barco como el Allure of the Seas no se extraña la tierra firme como gran escenario de vacaciones. Al barco más grande del mundo no le falta nada. Por eso es el lugar perfecto para que en siete días una persona descubra que estar en alta mar también es un paraíso terrenal al que hoy en día muchos pueden acceder.
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