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historias de ituango................CURANDEROS DE CULEBRA Y LA HISTORIA DE LA FINCA LA MILLONARIA

En Ituango, tierra de culebras sobre todo para los lados de San Agustín, Leones, tuvo los curandros de culebra, personas que con sus rezos y brebajes eran capaces de curar cualquier picadura de culebra, era muy común que un campasino se entrara monte adentro y saliera picado de culabra. Las víboras más comunes en los montes de Ituango son el verrugoso, la mapaná, patoquilla y el pito, todos animales muy venenosos; normalmente era muy difícil sacar un picado de culebra, desde esas selvas tan distantes (dos o tres días de camino), por eso utilizaba el curandero, el cual era capáz de curar a distancia con sus secretos y rezos. No sólo los humanos eran picados por culebras, sino también las reses, mulas, perros, siendo curados éstos por esos personajes curanderos, para unos brujs para otros botánicos; pero lo sierto es que las gentes en nuestro pueblo les tenían mucha fe, ya que fueron innumerables los casos de curación de culebras, tanto en cristianos como en animales, hoy en día el curandero es muy escaso, muchos han muerto de viejos y los que saben no gustan de practicar el oficio, además que con los medios de comunicación ya es muy fácil sacar el paciente al hospital del pueblo o remitirlo a la ciudad de Medellín, y ya el suero antiodífico es muy común.



En Ituango es curandero más famosos de culebra fue José Villa de la falda del rio, como él no hubo otro en Ituango y sus alrededores; era tanta la fe, que las gentes lo buscaban y Villa con un rezo y sus secretos llegó a cuidar a un picado que estuviera en Santa Rita o en cualquiera de los montes de Ituango, era tanta su fama que venían a buscarlo de Yarumal y de pueblos de la costa norte. Al morir José Villegas, se fue el curandero más famoso y efectivo que hubo en nuestro pueblo, a pesar de que su hijo sabia mucho de sus secretos, no era igual que su padre.


Los curanderos de culebra de nuestro pueblo empleaban en sus rezos oraciones como ésta “ con el gran poder de Dios y de las ánimas del purgatorio detente veneno como se detuvo nuestro señor Jesucristo en el huerto, con el gran poder de Dios y las almas de el purgatorio, como se detuvo nuestro señor Jesucristo en el árbol de la cruz, con el gran poder de Dios mi padre San Marcos, con el gran poder de Dios y mi padre San Mateo, San Pablo vendito fortalecerme para curar a este hombre de esta venenosa picadura de culebra, creo que puedo curarlo”, en la picadura se hacen varias veces una cruz y se rezan tres padres nuestros.


Claro que en nuestro pueblo se llegó a tener fama en todo Colombia, ra común encontrarlo en Bogotá, donde también hubo culebreros, aquellos que van de pueblo en pueblo con su culebra margarita mecdicando y recetando. El más famoso culebrero de Ituango fue dorance Montoya, nacido en la Plazuela, Doranota o en algún pueblito de la costa diciendo que venia d elas selvas de Ituango; cierta vez Dorance después de haber hecho su espectáculo en plaza de Ituango sse puso a beber en una cantina de caliente, allí en medio de los tragos le dio, por acariciar su culebra con tan mal suerte que fue picado, fue tanto el susto que se le pasaron los tragos y al notar que la mano se le empezaba a hinchar no quiso ir al hospital y salió caminando hacia el Carmelo a buscar a Efrén David curandero muy bueno de culebra- y como tal, fue curado por Don Efrén.


Fueron también curanderos en Ituango Manuel Salvador Nohabá Súarez, llamado cariñosamente manolo, lo mismo que el famoso Salas.


Otros curandros de culebra en Ituango, fueron Chanito López de Quebradoncita; en Buenavista y Palo blanco, estaba Ruperto Jaramillo, en el Tinto por los lados de la Hundida estaba Jesús Chancy y en Vijagual por San Juan de Rodas estaba Hilario Ríos, conocido cariñosamente como el Paisa, todos ellos excelentes curanderos de culebra.


Los implementos que empleaban nuestros curadores de culabra fuera de sus oraciones y secretos eran el ojo de venao (congolo), cera virgen, el colmillo de venao, algunas matas llamadas Guayaquil y un bejuco llamado villa.


El curandro de culebra en Ituango, era muy respetado y acatado, desgraciadamente esta práctica ya está desaparecida, la mayoría de curanderos fallecieron llevándosen sus secretos y oraciones; pero en el recuerdo de Ituango quedan estos médicos, botánicos que hacían tanto bien.


Agradecemos a Don Efrán David Campero, botánico ituanguino, que nos contó estas historias de nuestro pueblo.






LA FINCA MILLONARIA DE ITUANGO


Saliendo por la partida de Peque, en el campo viejo hacia ese municipio a unos diez minutos a la derecha del camino encontramos una casa antigua de tapia y una hermosa chambrana de macana, esa casa es la finca millonaria, propiedad de la familia Vásquez, allí Don Luis Vásquez, un anciano de cabeza blanca y profundos ojos azules, símbolos de su herencia española, ya que su señor padre nacido en tierras Ibéricas llegó a estas tierras d Ituango son sus hermanos y se establecieron en estas lejanas tierras, donde tuvieron grandes fincas en el Tinto, singo, y e esta de la partida de Peque.


La finca La Millonaria, contaba con una hermosa casa; para su decoración se cuenta que los Vásquez trajeron un experto de España, era posible ver en sus paredes, puertas símbolos de la autántica herencia de la madre patria, también encontramos en la parte de atrás de la finca un molino de caña de rodillo, quizás el primero que llegó a Ituango, antes de que llegaran las famosas ruedas peltón, allí el señor Vásquez, todos los fines de semana hacia molienda, aprovechando un cañauzal que había en la finca. Las familias que habían alrededor de la finca y muchas del Carmelo iban allí con sus ollas y tutumas, para llenarlas de rico guarapo que don Luis Vásquez le regalaba de manera desinteresada, don Luis fue un señor muy dadivoso y amplio con sus pertenencias.


A un lado de la finca, a mano derecha, había una gran manga, llena de árboles frutales especialmente, de guayavos y naranjos.


Este sitio era aprovechado por las gentes de los barrios el Carmelo y La Plazuela para pasear los domingos y días de fiesta. Allí se reunian las familias con sus fiambres mientras los muchachos jugaban pelota, otros jugaban chucha, además que podían subirse a los árboles y coger los ricos frutos, eso si, sin aporrear el palito decía el Señor Vásquez. Podemos decir que por muchos años la Millonaria fue el paseadero de muchas familias en Ituango y se aprovechaba para admirar la linda casa con sus decorados españoles, además de observar a Don Luis que causaba admiración a sus muchachos quienes consideraban que esta era español.


Como todo en la vida se acaba, se murió don Luis, La quebrada de El Naranjo empezó a erosionar y a tragarse la finca, la casa se cayó, más sin embargo, a un lado del viejo camino hacia Peque todavía se observan las tapias de esta casa. Era, pues nuestro homenaje a la finca La Millonaria, una herencia española en Ituango.


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