Llegan al toldadero: cortan estacas
que a los abiertos hoyos al fin se amoldan
Y descargan los bueyes entre alharacas
Y gritos y blasfemias... y luego toldan.
Van poniendo las cargas en dos hileras,
Que dos muros semejan del toldo adentro,
Luego tienden los cueros y las muleras
En el espacio limpio que queda el centro.
Se quitan los machetes y los sombreros,
Hablan de sus noviazgos y matrimonios,
Y se van extendiendo sobre los cueros
Y empiezan una charla de mil demonios:
Uno pide la media con aguardiente,
Otro, que está irritado, le arruga el ceño,
Este con un pañuelo limpia su frente,
aquél ya está en los dulces brazos del sueño.
Este, haciéndose a un lado, tuerce cabuya,
para coser el roto de alguna enjalma,
aquél exige a todos que no hagan bulla
y que si alguno chista "le rompe el alma".
El "sangrero", entretanto, prende candela,
Busca arroz, yucas, papas, carne, bizcocho
Y coloca en el suelo la gran cazuela
Do a los pocos instantes hierve el sancocho.
Se esparcen por el aire suaves olores,
El caldo se corona de blanca espuma,
Y el humo se confunde con los vapores
Y se pierde, a lo lejos, entre la bruma.
Cuando está la comida bien sazonada,
Cuando sancocho está huele todo aquel llano
El diligente mozo da una palmada
Y a los arrieros todos convoca ufano.
Entonces con voz suave, timbrada y noble
El patrón generoso llama al muchacho,
Y servir hace a todos un trago doble
En una totumita de fino cacho.
Luego van y se sientan, formando rueda,
Sobre el mullido césped de la sabana:
Y solícitos llaman al que se queda
En la tolda, dormido sobre la ruana.
En platos de madera no mal labrados
Sirve el activo mozo la sopa ruda,
Y todos los arrieros alborozados
Comen, asegurando que no está cruda.
Se cuentan chascarrillos, hablan de guerra,
Y entre charlas el tosco manjar apuran,
Luego, "que nunca han visto sobre la tierra"
comida más sabrosa que aquella!, juran.
Se acabo la comida! Ya los arrieros
Vuelven al toldo en busca de sus carrieles,
Prenden gruesos tabacos en los mecheros
Y de nuevo se tienden sobre las pieles....
Y mientras unos charlan, los otros juegan
Hasta quedarse muchos sin un centavo;
Cuando el juego termina todos alegan
Y ... "es mejor que bailemos", dicen al cabo.
Consiguen en la alegre choza vecina
Una dulzaina, un tiple y una bandola,
Y empiezan, bulliciosos una guavina
Que según dicen ellos, "se baila sola...."
que a los abiertos hoyos al fin se amoldan
Y descargan los bueyes entre alharacas
Y gritos y blasfemias... y luego toldan.
Van poniendo las cargas en dos hileras,
Que dos muros semejan del toldo adentro,
Luego tienden los cueros y las muleras
En el espacio limpio que queda el centro.
Se quitan los machetes y los sombreros,
Hablan de sus noviazgos y matrimonios,
Y se van extendiendo sobre los cueros
Y empiezan una charla de mil demonios:
Uno pide la media con aguardiente,
Otro, que está irritado, le arruga el ceño,
Este con un pañuelo limpia su frente,
aquél ya está en los dulces brazos del sueño.
Este, haciéndose a un lado, tuerce cabuya,
para coser el roto de alguna enjalma,
aquél exige a todos que no hagan bulla
y que si alguno chista "le rompe el alma".
El "sangrero", entretanto, prende candela,
Busca arroz, yucas, papas, carne, bizcocho
Y coloca en el suelo la gran cazuela
Do a los pocos instantes hierve el sancocho.
Se esparcen por el aire suaves olores,
El caldo se corona de blanca espuma,
Y el humo se confunde con los vapores
Y se pierde, a lo lejos, entre la bruma.
Cuando está la comida bien sazonada,
Cuando sancocho está huele todo aquel llano
El diligente mozo da una palmada
Y a los arrieros todos convoca ufano.
Entonces con voz suave, timbrada y noble
El patrón generoso llama al muchacho,
Y servir hace a todos un trago doble
En una totumita de fino cacho.
Luego van y se sientan, formando rueda,
Sobre el mullido césped de la sabana:
Y solícitos llaman al que se queda
En la tolda, dormido sobre la ruana.
En platos de madera no mal labrados
Sirve el activo mozo la sopa ruda,
Y todos los arrieros alborozados
Comen, asegurando que no está cruda.
Se cuentan chascarrillos, hablan de guerra,
Y entre charlas el tosco manjar apuran,
Luego, "que nunca han visto sobre la tierra"
comida más sabrosa que aquella!, juran.
Se acabo la comida! Ya los arrieros
Vuelven al toldo en busca de sus carrieles,
Prenden gruesos tabacos en los mecheros
Y de nuevo se tienden sobre las pieles....
Y mientras unos charlan, los otros juegan
Hasta quedarse muchos sin un centavo;
Cuando el juego termina todos alegan
Y ... "es mejor que bailemos", dicen al cabo.
Consiguen en la alegre choza vecina
Una dulzaina, un tiple y una bandola,
Y empiezan, bulliciosos una guavina
Que según dicen ellos, "se baila sola...."
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