HABLE BIEN DE ITUANGO
Si Dios sacara vacaciones, y está en mora de hacerlo, la pasaría en Ituango, tal vez se iría a pescar a Santa Rita o se deleitaría con lo hermoso que le quedó el Nudo de Paramillo.
En Ituango la amabilidad es un oficio, la hospitalidad una religión. Ituango es un pañuelo de amor.
Es tan amañadora esta tierra que don Gaspar de Rodas antes de conquistar a Antioquia, aquí planeó la estrategia de su épica conquista. Hay que ir a Ituango para llenarse de paisaje, o darle de comer al ojo viendo mujeres bellas. Ituango es el pueblo más bello del mundo.
Las mujeres Ituanguinas son pispas y las feas, mínimo son amañadoras. La Ituanguina es firme, amorosa, tierna, celosa, cameladora y brava, por eso tiene la culpa de tanta maternidad repetida.
En Ituango usted le pregunta una dirección, se la da y lo invitan a almorzar, o a tomarse unos aguardienticos en la Peatonal o tal vez en un paseo de olla en Paloblanco.
En Ituango vive la segunda trinidad vendita de Gutiérrez González “Salve segunda trinidad vendita, salve fríjoles, mazamorra y arepa.
HABLAR MAL DE ITUANGO ES NO CONOCER A ITUANGO:
En Ituango un aguardiente a nadie se le niega; o si quieren lo invitan a jugar fierro, dado, parqués, dominó, o la treinta y una; pero seguro que no se aburrirá. O tal vez una anciana le contará el caso de Luis Carlos Jaramillo Arango, un cura que con su verraquera luchó por sacar su pueblo adelante, la historia del Cacique Nutivara que tenía sus dominios en esta hermosa tierra, la del ex presidente de la República, general Pedro Nel Ospina que visitó el Municipio a lomo de mula en 1922.
El clima allí se “trancó”, en primavera, el sol calienta sabiamente sin incomodar al sujeto, y cuando el sol se emberrionda, el Max Henríquez celestial baja unas pocas nubes y le merma volumen a Jaramillo..
Para los parranderos, un paseo a alto de los Giles o Guacharaquero para mirar el imponente cañón del rio Cauca por donde pasará la vía marginal que nos pondrá a los Ituanguinos a tres horas de Medellín, cogiendo la carretera Santa fe de Antioquia.
El Ituanguino se siente orgulloso de su majestuoso templo parroquial, diseñado por el famoso Arquitecto Francés, Carré ( el mismo de la vieja edificación de la Gobernación de Antioquia.
El Ituanguino es trabajador, enamorado y rezandero, se siente orgulloso de la imagen de la virgen en la Plazuela y del Santuario de la virgen de la Peña en el Alto de Cenizas..
Para terminar y ahí perdonan la molestia, como diría el gran poeta Ernesto González: “Ituango pueblo viejo, doliente relicario de misteriosos recuerdos y de bíblicos patriarca.”.
Si Dios sacara vacaciones, y está en mora de hacerlo, la pasaría en Ituango, tal vez se iría a pescar a Santa Rita o se deleitaría con lo hermoso que le quedó el Nudo de Paramillo.
En Ituango la amabilidad es un oficio, la hospitalidad una religión. Ituango es un pañuelo de amor.
Es tan amañadora esta tierra que don Gaspar de Rodas antes de conquistar a Antioquia, aquí planeó la estrategia de su épica conquista. Hay que ir a Ituango para llenarse de paisaje, o darle de comer al ojo viendo mujeres bellas. Ituango es el pueblo más bello del mundo.
Las mujeres Ituanguinas son pispas y las feas, mínimo son amañadoras. La Ituanguina es firme, amorosa, tierna, celosa, cameladora y brava, por eso tiene la culpa de tanta maternidad repetida.
En Ituango usted le pregunta una dirección, se la da y lo invitan a almorzar, o a tomarse unos aguardienticos en la Peatonal o tal vez en un paseo de olla en Paloblanco.
En Ituango vive la segunda trinidad vendita de Gutiérrez González “Salve segunda trinidad vendita, salve fríjoles, mazamorra y arepa.
HABLAR MAL DE ITUANGO ES NO CONOCER A ITUANGO:
En Ituango un aguardiente a nadie se le niega; o si quieren lo invitan a jugar fierro, dado, parqués, dominó, o la treinta y una; pero seguro que no se aburrirá. O tal vez una anciana le contará el caso de Luis Carlos Jaramillo Arango, un cura que con su verraquera luchó por sacar su pueblo adelante, la historia del Cacique Nutivara que tenía sus dominios en esta hermosa tierra, la del ex presidente de la República, general Pedro Nel Ospina que visitó el Municipio a lomo de mula en 1922.
El clima allí se “trancó”, en primavera, el sol calienta sabiamente sin incomodar al sujeto, y cuando el sol se emberrionda, el Max Henríquez celestial baja unas pocas nubes y le merma volumen a Jaramillo..
Para los parranderos, un paseo a alto de los Giles o Guacharaquero para mirar el imponente cañón del rio Cauca por donde pasará la vía marginal que nos pondrá a los Ituanguinos a tres horas de Medellín, cogiendo la carretera Santa fe de Antioquia.
El Ituanguino se siente orgulloso de su majestuoso templo parroquial, diseñado por el famoso Arquitecto Francés, Carré ( el mismo de la vieja edificación de la Gobernación de Antioquia.
El Ituanguino es trabajador, enamorado y rezandero, se siente orgulloso de la imagen de la virgen en la Plazuela y del Santuario de la virgen de la Peña en el Alto de Cenizas..
Para terminar y ahí perdonan la molestia, como diría el gran poeta Ernesto González: “Ituango pueblo viejo, doliente relicario de misteriosos recuerdos y de bíblicos patriarca.”.
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