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UN VIAJE DE YARUMAL A ITUANGO EN EL AÑO DE 1917 Y EL REGRESO DE ITUANGO A SAN ANDRES DE CUERQUIA

El 19 de marzo de 1917 salí de Yarumal a las cinco y media, a poco de dejar el poblado se encuentra la quebrada de Yarumalito, bastante grande, la cual desde el punto en que cruza el camino, como por puente natural, hasta casi una legua más arriba, viene cubierta por debajo de grande rocas y de laderas vecinas en cataclismos prehístoricos. En largos trayectos esas piedras están cubiertas de tierra arrastradas por las lluvias y vegetación


Mi propósito fue ir a Ituango, pasando primero por San Andrés , pero en una casa en que había venta de licores como en casi todas las de los caminos de Antioquia, se me engañó sobre la vía que debe seguir, probablemente por que se desilucionaron al ver que no me acercaba con el peón a consumir aguardiente. Después de andar más de una legua conocí por error de de uno de los pocos pasajeros que encontré en la jornada, y resolví seguir directamente a Ituango y regresar por la población de San Andrés de Cuerquia.

Desde aquella, serranía se baja por caminos muy pendientes al ríos espíritu santo, invadeable cuando llueve, pero que desde hace poco tiene un buen puente. De allí se sube en las mismas condiciones en que hab{ia bajado, y siempre entre grandes fincas vestidas de ganado. “ a otra alta serran{ia que espera la hoya de este último rio de de San Andrés , de mayor caudadal, y ambos tributarios del cauca.

De esta sierra se desciende costeándola como una legua y después por un espinazo casi vertical hasta un descnaso formado por algo como una protuberancia que le sale y que no tiene superficie medianamente llana mayor de dos fanegadas. Allí hay unas doce casitas que forman calle.

Este caserío se llamaba antes Sepulturas y después la Dormida, Aguacate Y ahora Ochalí o la bodega de Ochalí, pero su actual cura, pues esto es viceparroquial, le cambió el nombre por el de San Antonio de Ochalí, y los vecinos han aceptado el bautizo. Hay allí modestísima capilla y escuela de varones con 29 estudiantes, y de mujeres con 42, observarán que como un poblado como aquél puede dar 71 estudiantes a las escuelas públicas no haciendo por allí cerca más habitaciones, por que en esas faldas casi no se encuentran planos suficientes para edificar un rancho sin hacer banqueos. A mi me llamó la atención eso allí y en San Juan de Rodas, y las maestras me aclararon, el punto diciéndome que los niños concurren hasta de más de legua y media de distancias, llevando la pobrísima ración que les sirve de almuerzo, y no regresan a sus casas hasta la tarde. Desde aquel lugar se ve descender desde la cordillera torrentes mas o menos grande que forman cascadas de varios centenares de metros de altura. El Vicepárroco recién ordenado, es un joven de origen boyacense, llamado Norberto Sandoval.

Por Ochí pasaba en tiempo de la Colonia el camino que conducía al puerto del Espiritu Santo, sobre el Magdalena.

De aquel corto descanso en adelante el descenso es por vía más estrecha y pedregosa, y tan pendiente que tiene que estar uno con cuidado para no ir hasta el habismo por la cabeza de la montura, así anduve hora y media completa hasta llegar a la torrentosa quebrada de Ochalí que baja de tumbo en tumbo por lecho lleno de grandes piedras. La encontré, ya caída la tarde, muy crecida, de manera de no dar paso, y a esa hora emprendí el regreso al poblado por que por allí no hay un infelíz rancho, que de haberlo a{un desocupado habría preferido pasar una malanoche a maltratar más las caballerías. La pasé notan mal, pues encontré techo, carne y café por todo alimento, y para las bestias pasto y caña.

Al dia siguiente salí con un Práctico que me enseñaba el paso de la quebrada, pero ya la encontré delgadita como allí dicen, y la valdeé sin dificultad.

Se sigue por un largo trayecto por la ribera de la quebrada hacia la desembocadura en el San Andrés, por vía tan estrecha y abandonada, cubierta de malezas y obstruida por los árboles de los lados, que tenía que estar defendiendo la cara y el sombrero a cada paso. En varios puntos hubo que hacer uso del machete del peón para que pasara la mula con los baules; en una cornisa muy estrecha y larga fue necesario descargar y pasar el equipaje a hombros, en otras el guía llevaba la mula de la brida y el peón la sostenía de la cola; varias veces tuve que acostarme sobre la montura para pasar por debajo de troncos de árboles caídos.

Esto es camino departamental, camino de Antioquia, camino de la región en que nacieron el ilustre administrador Berrío y su digno hijo, actual gobernador del departamento.

Muy poco más debajo de la desembocadura de la quebrada Ochalí hay un mal puente sobre el rio San Andrés, y por él se pasa a la ribera izquierda. A pocos pasos está la partida del camino de Ituango para San Andrés. El rio baja encajonado por altos cerros y forma veguitas cortas y tan angostas que las más anchas no ecceden de 500 metros por allí sigue el rio abajo por espacio de dos horas hasta su desembocadura en el Cauca, y siempre por caminos descuidados.

En esa vega , como es la mitad del trayecto, está el rancherío del Valle, de 26 casas dedificadas de paja, de manera que demarcan bien una plaza amplia con sus calles en los cuatro ángulos. No hay capilla, pero desde hace tiempo están levantadas las tapias de una que probablemente no se concluirá, por que esto, a causa de su mal clima, decae todos los días. Hay escuela alternada con 31 estudiantes por junto.

Parece que allí era el asiento de los indios tamíes. Según todas las probabilidades fue en este lugar donde el gobernador y conquistador Andrés de Valdivia fundó la ciudad de San Andrés, donde los indios dieron muerte a él y a 60 compañeros el 16 de octubre de 1574, y donde el cosnquistador Gaspar de Rodas nombrado por la audiencia gobernador para suceder a Valdivia, vengó la muerte de éste con una matanza general de indios, machos viejísimos, árboles frutales de diferentes clases, restos de antiguas cercas de piedras perdidas entre las malezas, la configuración y capacidad de la plaza y el hecho de no encontrarse en el curso del rio San Andrés, una vega tan amplia y tan bien defendida de las avenidas del rio, enrobustecen esa congetura, que por otra parte, está apoyada por la tradición que se conserva entre los vecinos el lugar se llamó San Andrés, hasta que el gobernador José busto Pavón trasladó la cabecera probablemente en 1853, al lugar en que hoy está, y desde entonces perdió el rancherío su antiguo nombre y empezó a llamarse el Valle.

De la desembocadura del rio San Andrés se vuelve a la izquierda para subir como un kilómetro por la ribera derecha del Cauca, por una cornisa angosta y peligrosa labrada en la roca, hasta el puente colgante llamado de Pescadero, que fue el primero que construyó el Ingeniero José María villa, siendo Presidente de Antioquia, don Pedro Restrepo Uribe. Tiene allí el puente 53 metros de luz y una altura de 16 sobre el nivel normal de las aguas. El día que pasé por Ituango esta altura estaba reducida a cuatro metros; tan crecido así estaba el rio. En el invierno del año pasado, el agua subió un metro sobre el puente y se llevó todas las tablas del piso y gran parte del barandaje, como se vé por la fotografía que envío a ustedes. El daño ha sido reparado, pero no está libre el puente de ser destruido por otra avenida, y entonces las poblaciones de Ituango, Santa Rita y toda esa región, quedarán incomunicadas con el resto de Antioquia, porque ya no existen los bogas prácticos que montados en un palo pasaban a los viajeros las  corrientes de ese medroso rio, que baja encañonado estrechamente entre las rocas que sirven de base a lado y lado a altisímos cerros casi verticales.

El puente está a 370 metros de altura sobre el nivel del mar, y en él no se cobra pontazgo. Observé que se balancea con el paso de una caballería por él, lo que muestra que esta primera obra del ingeniero Villa no tiene el mérito de la del puente de Occidente, que inmoralizará el nombre de este amigo, entre nosotros o que los estribus fueron falseados por las crecientes de 1916.

Allí empieza la subida pendientísima de casi tres horas por entre la Hacienda de San Juan de Rodas, que pertenecía hasta hace algunos años a don José María Días, hombre bueno entre los mejores de Medellín, y es hoy de don Genaro Gutiérrez. Tiene la hacienda 18.000 hectáreas, y se juntan las partes llanas de ellas quizá no llegan a 18. Todo lo demás es extremadamente quebrado desde la cima de la cordillera hasta los ríos Cauca e Ituango, que la limitan.

En uno de esos lugares llanos, que no tiene una hectáreas de superficie, fundó el Conquistador Gaspar de rodas la ciudad de SanJuan de Rodas, la cual se arruin+o prontamente por sus malas condiciones por los indios. Durante la colonia y los primeros años del siglo pasado vegetaron por estas regiones pequeños poblados hasta que en 1854 se dispuso que la cabecera fuera en Fundungo, hacia el rio Ituango, y como allí no hay agua potable cerca, dos años más tarde se trasladó al lugar que hoy es llamado Ituango, donde hay la sircunstancia que también se carece de ese indispensable elimento, en términos que sólo en tiempos de lluvias llegan al poblado pequeñas corrientes y en tiempos se secan, los vecinos tienen que ir a la quebrada de chapinero, aun kilómetro de distancia, a proveerse de agua para el consumo de las casas. Aunque chica esta quebradita podría llevarse al poblado con poco gasta, pero es agua de mala calidad. Allí van las gentes de Ituango cada 8 días a tomar baño de aseo.

Don elías Gutiérrez, hijo del dueño de la hacienda, me hizo quedar en ella a las dos de la tarde, en casa cómodamente edificada, en el lugar llamado ojo de agua, por que hay allí la excepcional circunstancias en esas lomas de nacer una sedienta fuente, el señor Gutiérrez, me dispensó grandes atenciones. Ojo de Agua, está a 1.420 metros de altura, es decir, 1.050 más elevado que el puente y sin embargo, de allí se sigue subiendo más de dos horas por empinadísima loma y por entre potreros de excelente calidad de grama hasta la cima del contrafuerte de la cordillera Occidental, de donde se desciende por mal camino hasta un lugar a donde llega el que casi a nivel se ha sempezado a abrir para descender de Ituango al puente. Este camino es angosto, lleno se conserva perfectamente y tiene como legua y media de longitud. Costea un cerro muy alto, en forma de pan de azúcar, a cuya cima había que subir poco antes para bajar al poblado. En el lugar más alto de la hacienda hay una buena casa,y en ella una buena casa alternada, a la cual asisten 23 niños y 27 niñas hijos de arrendatarios de la hacienda .

El gobernador de la provincia de 1776 calificaba de dedeliciosas la lomas de San Juan de Rodas , y por allí pasaba entonces el camino para ir al Magdalena, después de tres días de largo y penoso camino llegué a la población deItuango, el 21 de marzo de 1917 en horas de la tarde.

La población de Ituango es chica, y me pareció que había prosperado poco en 26 años, entre otras razones por estar muy aislada y haber perdido durante cuatro años consecutivo lasl cosechas, a causa del invierno unas veces y de las langostas otras veces. Está edificada en un angosto y pendiente espinazo del contrafuerte, de manera que su plaza y sus calles son cómo las de yarumal, consta de doce manzanas no muy compactamente edificadas de casas de apenas regular apariencia. Está en construcción una grande Iglesia de ladrillo, bastante elegante, que terminada haría honor a una capital de Provincia, y mientras tanto los oficios divinos se celebran en una humilde capilla. Se carece de luz eléctrica, que no se establecerá pronto por fal te de una caída de agua cercan y por escacéz de consumidores, no hay tampoco reloj público.

Por el aislamiento de Ituango no van allí forasteros, como prueba el hecho de haber despertado gran curiosidad mi presencia y de estar su hotel completamente desprovisto de aquello, que la más infelíz posada de camino público tiene para atender a los viajeros.

Están alojados allí el juez del Circuito y su Secretario, de la alcaldía es comensal el alcalde, todos ellos forasteros, y es dueño del hotel el Secretario de la Alcaldía, y sin embargo no había allí un candelero, utensilio necesario y difícil de remplazar. Por eso puede juzgarse de lo que son la población y el hotel. Sin embargo, no hace mucho se erigió en cabecera del Circuito y de notaría, y tiene telégrafo y correo nacional.

La principal industria es la cría y engorde de cerdos, de los cuales se sacan mensualmete unos 1.500 gordos para el interior. Además se cocecha mucho fríjol y maíz. Hay varios cafetales pero no dejan mayor rendimiento por que el fruto tiene que llevarse a Medellín, en pergamino y el transporte cuesta a $ 6 la carga cuando el buen tiempo hace transitables los caminos. El mercado se celebra los domingos y mensualmente una feria de cerdos que los negociantes compran y llevan a la gran feria mensual de Yarumal.

Se benefiacian al mes y tres veces por semana, 30 cabezas de ganado mayor y 90 cerdos . (Matadero municipal).

Las rentas comunes del muncipio se presupuestan en $ 13926-60, y las de Instrucción Pública en 4 946-60, las seis unidades destinadas a la Instrucción Pública de las 23 de las rentas departamentales cedidas a los distritos producen $ 440-89, hay partida especial para sostener un estudiante interno en la escuela de agricultura y veterinaria de Medellín, hay tres agente s de policía sin uniforme.

Las propiedades del municipio son una casa de dos pisos que hace de consistorial y donde no caben todas las oficinas públicas, una cárcel insegura e incómoda y dos lotes para edificar escuelas , un pequeño hospital comprado con colectas de los vecinos manejado por un administrador en el cual se encuentran por término medio 10 enfermos, en el distrito se encuentra bastante anemia tropical, y viene enfermos de los malos climas de las orillas del Cauca. En el hospital no tiene subvención alguna y se sostien de caridad pública.

En enero de 1899 se creó la oficina de correos y telégrafos.

Hay una escuela de varones con tres maestros y 151alumnos y una de mujeres con tres maestras y 172 alumnas, las rurales son cuatro, alternadas, una de niños y otra de niños con 257 matriculados. La propiedad raíz está avaluada en catastro por $333.583; el censo de 1870, le daba a Ituango 1826 habitantes y el de 1912 modificado en 1916, le daba 11.922 habitantes, el de 1918 12518 pobladores poco más por segregación del territorio. En 1916, hubo 313 nacimientos, de los cuales 48 fueron ilegítimos 147 defunciones y 50 matrimonios. La altura sobre el nivel del mar es de 1570, la temperatura es de 21 grados centígrados. Con posterioridad a la formación catastral, se segregó una parte del territorio de Peque de manera que aquellas cifras son menores.



MI VIAJE DE ITUANGO A SAN ANDRÉS DE CUERQUIA



Una demora obligada porque no se había podido encontrar bestia para reemplazar la de carga inutilizada por los dilatados viajes y los malos caminos; me da tiempo para escribir sobre lo que he visto u observado por estos lados.

Salí de Ituango el 24 de mayo de 1917 a las seis y media de la mañana y me quedé en El Valle donde llegué a las 3: p.m. Por temor que los aguaceros del día hubieran hecho invadeable la quebrada de Taque. En mi carta anterior, hablé largamente de ese decadente rancherío, pero se me olvidó decir que en las veguitas del río se produce algo de cacao y que hay chinches en todas las viviendas, menos en la de Juan de Dios Uribe de Sopetrán, dueño de una hacienda cercana, quien tuvo la amabilidad de alojarme. El nivel Cauca había bajado como tres metros. Del Valle salí al día siguiente como a las seis y media y vine a San Andrés en cuatro horas. Desde la partida del camino, una cuadra más allá del puente sobre el río, se viene subiendo suavemente por vía no ancha, muy bien conservada, de bastante buen trazado, por espacio de más de tres horas, costeando casi todo el trayecto grande y empinado contrafuerte de la cordillera central. Hay por allí numerosos maizales muy bonitos, sementeras de raquítica caña de azúcar, extensos potreros muy pocos vestidos de ganados y carencia absoluta de bosques.

El camino sigue por la banda izquierda del río San Andrés, ascendiendo casi en la misma proporción que éste desciende, pero en algunos lugares pasa a grande altura de él, de manera que se le vé y se le oye rugir a gran profundidad. De ciertos puntos se dominan a muy corta distancia por elevación, bellas y altísimas cascadas que forman las numerosas quebradas que se desprenden del elevado contrafuerte que aprisiona al río por la banda derecha.

Después de unas dos horas de marcha por esa buena vía, se desciende suavemente al río y se sigue como media hora por una vega angosta, llena de pedregones, que en otra tiempo arrastró la corriente hasta llegar al límite de la vega, donde hay un puente regular para pasar a la banda derecha. Después de quince minutos de marcha ascendente se llega a una meseta reducida, alga llana hacia el norte y pendiente en el suroeste. En esta parte está edificada la población de San Andrés y, por consiguiente, las calles de Norte a Sur son tan escarpadas com como las de Yarumal, por el Oriente están tapadas con tapias para defenderlas del río al pie del cual mueren, y lo por el occidente a causa de los precipicios que van al río. El nombre primitivo de la población fue Cuerquia, fundada por Baldomero Jaramillo, oriundo de Rionegro. Hace algunos años se llamó Caicedonia, probablemente cuando el sabio Caldas estuvo en Antioquia y por indicación suya se cambiaron los nombres de muchas poblaciones por otros tomados de la historia de Grecia y de Roma, porque hasta en eso había que mostrar patriotismo en aquellos benditos tiempos.



Más tarde, a mediados del siglo pasado se le llamó Pavón, cuando el gobernante de este nombre trasladó aquí la cabecera, que era en lo que es hoy El Valle, después en fecha que no encontré en los archivos, se les devolvió el nombre de San Andrés de Cuerquia, que fue el que le quedó a la muerte del fundador Andrés de Valdivia, quien la denominó Ubeda. Fue eregida en distrito en 1822. Los geógrafos le dan al actual asiento una altura de 583 metros sobre el nivel del mar, la temperatura es de 26 grados centígrados. En estos datos hay grave error, pues aquí la temperatura media no excede de 29 grados y su altura no es menos de 1.500 metros sobre el nivel del mar. Los geógrafos se han quedado con las medidas del primitivo asiento del pueblo uno.

La única industria del distrito es la agricultura, representada por algo de ganadería y panela, maíz y fríjol. De estos se saca para el interior grandes cantidades en los meses de cosecha. La cabecera está bien provista de aguas, pues las calles corren de sur a norte caños abundantes, y hay un acueducto de partículas y otros del distrito, pero esas aguas no son buenas, y en ocasiones han propagado funestas epidemias, porque la parte alta de donde viene su fuente está bastante poblada y la ensucia. Habría necesidad de subirla del río, lo cual no será difícil ni mayormente costos de su acueducto vendió el municipio algunas pajas en pesos 5, y el servicio no tiene la menor reglamentación. En la plaza, que es muy chica y pendiente, donde las casas altas son dos, hay una fuente completamente rústica.

Don Roque Berrío cedió un solar al vecindario y en él edificaron casa para el hospital, dos señoras caritativas. El establecimiento no tiene más renta que la caridad pública y sostiene a dos ancianas asiladas y a dos enfermos. La iglesia, de regular tamaño es modestísima y está desmantelada, pero ya se empezó en la parte de atrás de ella la construcción de un templo digno del poblado. Tiene púlpito y un confesionario de mérito, dos estatuas muy regulares de la Vírgen y una feísima de Cristo Crucificado con muchas señales de los bayonetazos que le dieron los soldados que convirtieron en cuartel y pesebrera el templo cuando en 1879 vinieron a buscar al señor Obispo González con el objeto de llevarlo a Medellín. El frontis de la iglesia es lastimoso, su atrio muy bueno y alto y las campanas diminutas. Más hacia el sur, rio arriba después de una sucesión de cascadas que forman una lengua de extensión, y ya en clima casi frío, hay vegas amplias y de ricos pastos, con una escasa población y un caserio llamado San José con iglesia. Quizás no prospere mucho ese poblado porque allí los terrenos están en manos de unos pocos dueños del interior.

La Asamblea departamental de este año expidió una ordenanza por medio de la cual autoriza al gobernador para abrir un camino que partiendo de Ituango vaya a Valdivia, donde el río Cauca es ya navegable y para construir allí un puente de hierro. Si estas obras se realizan ganarán mucho las dos regiones por el intercambio de productos.

Tiene el distrito sólo estas propiedades: Casas de dos pisos, que sirven para las oficinas municipales, con incómoda cárcel, una para escuela de niñas, otra en construcción muy buena para los varones, matadero y un solar que sirve de cozo. El catastro de 1915 avalúa sus propiedades en $120.025 – 30, el censo de 1870 le da al distrito 3.357 habitantes, el de 1912 modificado en 3916, le da a 585 habitantes, el censo de 1918 le da a 612 habitantes. El monto del valor de las propiedades quizás sea exacto, no he podido averiguar en qué año preciso se segregó parte del territorio para eregir el distrito de Toledo. En 1916 hubo 245 nacimientos, 61 defunciones y 38 matrimonios, de los nacimientos 24 fueron hijos ilegítimos. El poblado se compone de cuatro manzanas de poco más de cincuenta metros por lado edificadas de manera compacta, y de cuatro calles que lo están regularmente.

El mercado se celebra los domingos, hay oficina de correos y telégrafos nacionales, se sostienen dos agentes de policía sin uniforme, se benefician mensualmente una vez por semana, treinta y tres cabezas de ganado mayor y 81 cerdos. Las rentas comunes están presupuestadas en $2.720 – 90 y las instrucciones públicas en $ 591- 50. Hay dos escuelas urbanas con dos maestros cada una: La de varones con 105 alumnos, y la de las niñas con 120. Las rurales son tres alternadas, una de niños y la otra de niñas, una con 463 alumnos por junto. A propósito de niños de las escuelas, conviene dejar constancia que en Antioquia, entre ellos, están casi proscritos el uso de la ruana. Si yo tuviera algún uso en mando en la instrucción pública pasaría una circular a los maestros para que hicieran guerra sin cuartel a ese perjudicial y antiestético aditamento del vestido, y les daría algunas instrucciones para que inculquen en sus discípulos nociones prácticas de sencilla y buena educación, como por ejemplo, no fumar delante de las personas, de respeto no entrar a casas extrañas ni hablar con sus superiores, con sombrero puesto y cigarrillo en la boca, no preguntar tanto a todo extraño que ven, etc. Estos vicios de educación tan comunes entre las gentes del pueblo de Antioquia. Las oficinas telegráficas del norte del departamento les he encontrado en general bien alojadas y amobladas y las líneas hasta Yarumal mucho mejores que las demás del país, y de allí a Ituango, a San Andrés bastantes descuidadas. La oficina de aquí se estableció en enero de 1879. Del hotel que hay no le hablo porque no lo conozco, pues toda la fortuna de que me alojaran en su casa y me llenaran de esmeradas atenciones. El suegro de mi sobrino Manuel Hoyos, Don Juan Duque, médico de la población y diputado a la Asamblea, que es hombre que a virtudes públicas y privadas une bastante ilustración, alimentada por biblioteca tan abundante y escogida como es raro encontrarla en ciudades de alguna importancia



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