Falleció en este municipio del lejano norte antioqueño, el pasado 13 de junio de 2012, la poetisa María Cristina Calle Correa, nacida en Ituango, el día 6 de febrero de 1959. Era hija de Miguel Ángel Calle y Domitila Correa. Sus abuelos paternos fueron Aureliano Calle y Jesusita Peña; sus abuelos maternos Juan Crisóstomo Correa y Carmelita Velásquez. Como hecho curioso, contaba ella misma en su pequeña autobiografía, que fue bautizada y confirmada el mismo día de su nacimiento. La primera comunión fue en Bello, cuando tenía sólo ocho años, sin que recuerde la fecha. Ocupaba el noveno lugar entre diez hermanos: Leonel, Julio Hernán, Leticia, Alicia, Bernardo, Noemí, religiosa, Gilma, Margarita y Lidia María. Su estatura era de 1.60 metros, el signo zodiacal era acuario y el estado civil, soltera. Tuvo dos hijos: Una niña que fue adoptada por una familia y reside en España y Juan Esteban, actualmente en el Amazonas. Los estudios de primaria los realizó en la escuela Emiliana Pérez y en el Refugio de Niñas Juan XXIII entre 1968 y 1975. Estuvo cursando estudios de básica secundaria en el Bachillerato Nocturno Comercial Concejo de Ituango – Antioquia en y en Coredi. Fuera de su terruño, estuvo viviendo en Tarazá, Valdivia y Donmatías en Antioquia; en las ciudades de Cali, Pereira y Anserma (Caldas).
En 1984, fue citadora en la central telefónica del área urbana.
Con respecto a la personalidad, se caracterizó por un temperamento y carácter suaves, un genio agradable, siempre tuvo un gusto por la poesía, inspirada en el amor por sí misma, los demás, gustaba cocinar, escribir, leer y conversar con los demás, haber tenido un hogar bien conformado para darle mucho amor. Participó en varios encuentros de poetas realizados en el teatro municipal y se jactaba de recitar algunas de las poesías cuando así se le pedía.
En tiempos pasados, este medio informativo, había publicado algunas de sus poesías y como reconocimiento al aporte que hizo a la cultura ituanquina y un homenaje póstumo, publicamos uno de sus mejores trabajos.
PERFECCIÓN.
Hermano: Me preguntas: Cuándo alcanzará la perfección el hombre? Y yo le respondo:
El hombre se acerca a la perfección,
Cuando sienta que es un espacio infinito,
Un mar sin orillas.
Un fuego eterno, una luz
Inexistente, un viento calmado,
O una tempestad rabiosa,
Un cielo tronante o un
Firmamento lluvioso,
Un arroyo cantarín o
Un riachuelo gimiente,
Un árbol florido en primavera,
O un brote desnudo en otoño,
Una montaña altiva o
Un valle profundo,
Una fértil pradera o un desierto.
Cuando el hombre sienta todo esto,
Ya ha recorrido la mitad
Del camino hacia la perfección,
Para lograr su objetivo,
Debe comprender en consecuencia,
Que es un niño que depende de su madre,
Un padre responsable por su familia,
Un joven entregado al amor,
Un anciano que lucha con su pasado,
Un fiel en su templo,
Un criminal en prisión,
Un estudiante entre sus papeles,
Un alma ignorante que oscila entre
La oscuridad de su noche y la negrura de su día,
Una monja que sufre entre las claves de su fe
Y las espinas de su soledad,
Una prostituta encerrada entre los colmillos
De su debilidad y las garras de sus necesidades,
Un hombre pobre, atrapado entre
Sus amarguras y su sumisión,
Un hombre rico entre su codicia y su conciencia,
Un poeta entre las brumas de su crepúsculo
Y las rosas de su amanecer.
El que pueda experimentar, ver y comprender
Todos estos hechos,
Puede alcanzar la perfección y
Llegar a ser una sombra,
De la sombra de Dios.
En 1984, fue citadora en la central telefónica del área urbana.
Con respecto a la personalidad, se caracterizó por un temperamento y carácter suaves, un genio agradable, siempre tuvo un gusto por la poesía, inspirada en el amor por sí misma, los demás, gustaba cocinar, escribir, leer y conversar con los demás, haber tenido un hogar bien conformado para darle mucho amor. Participó en varios encuentros de poetas realizados en el teatro municipal y se jactaba de recitar algunas de las poesías cuando así se le pedía.
En tiempos pasados, este medio informativo, había publicado algunas de sus poesías y como reconocimiento al aporte que hizo a la cultura ituanquina y un homenaje póstumo, publicamos uno de sus mejores trabajos.
PERFECCIÓN.
Hermano: Me preguntas: Cuándo alcanzará la perfección el hombre? Y yo le respondo:
El hombre se acerca a la perfección,
Cuando sienta que es un espacio infinito,
Un mar sin orillas.
Un fuego eterno, una luz
Inexistente, un viento calmado,
O una tempestad rabiosa,
Un cielo tronante o un
Firmamento lluvioso,
Un arroyo cantarín o
Un riachuelo gimiente,
Un árbol florido en primavera,
O un brote desnudo en otoño,
Una montaña altiva o
Un valle profundo,
Una fértil pradera o un desierto.
Cuando el hombre sienta todo esto,
Ya ha recorrido la mitad
Del camino hacia la perfección,
Para lograr su objetivo,
Debe comprender en consecuencia,
Que es un niño que depende de su madre,
Un padre responsable por su familia,
Un joven entregado al amor,
Un anciano que lucha con su pasado,
Un fiel en su templo,
Un criminal en prisión,
Un estudiante entre sus papeles,
Un alma ignorante que oscila entre
La oscuridad de su noche y la negrura de su día,
Una monja que sufre entre las claves de su fe
Y las espinas de su soledad,
Una prostituta encerrada entre los colmillos
De su debilidad y las garras de sus necesidades,
Un hombre pobre, atrapado entre
Sus amarguras y su sumisión,
Un hombre rico entre su codicia y su conciencia,
Un poeta entre las brumas de su crepúsculo
Y las rosas de su amanecer.
El que pueda experimentar, ver y comprender
Todos estos hechos,
Puede alcanzar la perfección y
Llegar a ser una sombra,
De la sombra de Dios.
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