Por cada hectárea de un ecosistema colombiano que
sea afectado por un proyecto minero o de hidrocarburos, incluso energético o de
infraestructura, la empresa responsable deberá proteger de dos a diez hectáreas
de un ecosistema equivalente. Esta es la esencia del nuevo 'Manual
para la asignación de compensaciones por pérdida de biodiversidad'
y que intenta bajar las tasas de pérdida de recursos naturales, que alcanzan el
30 por ciento en el país.
El nuevo modelo, creado por The Nature Conservancy
(TNC) y que acaba de ponerse en marcha con una resolución
del Ministerio de Ambiente, permite a los empresarios conocer
con precisión dónde, cómo y cuánto compensar por el impacto ecológico de sus
actividades. Su aplicación será voluntaria en 2012, pero
obligatoria desde el 2013.
Antes, la normativa vigente obligaba a las empresas
a pagar por la destrucción a la naturaleza ocasionada al sacar oro o petróleo,
pero no había una estrategia para definir la reposición de esos daños . En
muchos casos, aunque una petrolera destruyera un humedal o un manglar, por
ejemplo, las empresas no estaban obligadas a rehabilitarlos. Entonces, para
cumplir las normas, se limitaban a sembrar árboles sin justificación, explicó a
EL TIEMPO José Yunis, director de TNC.
Ahora,
se tendrá que reponer el mismo ecosistema que se afecte. Podrá hacerse en el
mismo lugar en el que se ocasionaron los perjuicios, o en un lugar aledaño.
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