Ayer se fueron para no volver,
Cansados de vivir su mala suerte,
Entristecidos si, llenos de pena,
En un viaje muy largo;
el de la muerte.
Dejaron de sufrir sus padeceres,
Se fueron si, cual sombra se perdieron,
Ni siquiera un recuerdo, un reproche,
Dejaron ellos, porque no volvieron.
Nadie lloró por ellos, ni un suspiro,
Ni una sola lágrima, derramó ninguno,
A nadie tenían y eran tan solo,
Un sueño de amor, que ni siquiera,
Floreció en alguno.
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