RECUERDOS DE ANTADÓ EN ITUANGO.
El 7 de mayo del 2006,
Don Luis Alfonso Guzmán Flórez, le contó a su nieto Sebastián Morales
Caro, sus vivencias y experiencias en la Colonia Penal AgrÍcola de Antadó, a la
que llegó cuando apenas contaba con 8 años de edad. Este campesino que nació el
4 de junio de 1914 en el municipio de Cañasgordas, estuvo casado con Ana
Francisca Orrego Torres, natural de Camparrusia en Dabeiba, estuvo en la
colonia hasta 1997 y murió el 5 de septiembre de 2006; recuerda así aquella época: “Esta region se denomina San Jorge, pues allí
nace el río del mismo nombre, aparece inicialmente con el nombre de Antadó y
comenzó a llamarse Colonia, cuando entró todo el personal de la penitenciaría.
Limita con la región del Sinú, con Juan José y Tierralta en Córdoba y el mismo río
San Jorge en el Nudo de Paramillo.
Las entradas a esta
reclusión, eran por Santo Tomás, con un camino para llegar luego al Sinú, cuyo
dueño fue el indio Vidal; otra era por
La Zapa, camino que fue abierto por Don Tiberio Uribe. Los primeros habitantes
de San Jorge fueron los señores Seferino Úsuga y su esposa Estefanía Luján; los
hermanos Alfonso,casado con Josefita Guzmán y Camilo Botero, quienes abrieron
unas fincas en el San Jorge y el Sinú. Para la construcion de las primeras casas, el hospital, la escula y la
prisión; emplearon el barro para fabricar las tejas, labor que correspondió al
maestro Gregorio Martínez en el llano conocido como “Zabaletas” y los techos de
los cuarteles, eran de una paja llamada “Lindona”. Posteriormente, comienzan a entrar
el cobre en forma de hojas de zinc para ser trabajado por el señor Alfonso
Botero, quien fabricaba los fondos de las ollas y unas armas denominadas
“Gras”que contenían seis balas. Al morir éste, quedó con la fragua, su hijo
Nicanor Botero Bedoya, más conocido como “Don Cano”quien quedó remendando
fondos de ollas, fabricando armas, machacando el hierro para hacer fulminantes
y remendando zapatos, además cuidando un buey que le había quedado de herencia.
Los presos, que sumaban unos 300, eran vigilados por
treinta guardianes, con un promedio de diez para cada uno y tuvo como
directores a Manuel Escobar, que fue el primero; Quiterio Roldán, Ernesto
Vieira, Eduardo Lema, Ramón Gaviria, de quien se dice echó a todos los godos
durante su mandato; Amado Muñoz, Manuel Agudelo, Eduardo Correa y dos mujeres
de nombres Purita, y Genoveva Palacio.
Dentro de los castigos que se imponían a los presos estaba
“el muñequero”, que consistía en colgar los presos de las manos en un lugar
destinado para ello, labor que hacía el cabo Gil, quien por su reciedunbre era
temido por los presidiarios y, en ocasiones, era objeto de súplicas por parte
de los presos. Cuando algún preso se escapaba o fugaba, obligaban a la gente
del caserío a ir a buscarlos, si no lo hacían, los obligaban a pagar una multa
de cincuenta pesos. Con respecto a la alimentación, la provisión la entraban en
bueyes, el agua la llevaban por tubos de hierro desde la quebrada Zabaletas,
los presos sembraron y cosecharon caña de azúcar, plátano y café.
En el campo religioso, el primer sacerdote se llamó
Gregorio Martínez, la imagen de la Virgen de las Misericordias, fue construida
allá mismo hace unos 75 años y el Santo Cristo fue llevado por partes y armado
allá. Al retirarse de la Colonia, que todavia era un caserío, el padre
Ramírez, la echó una maldición a este
pueblo. Al salir a un filito, volteó su
mula hacia al pequeño poblado y dijo: “Por una calumnia en la miseria haz de
quedar”. En lo referente a la educación, las primeras profesoras fueron
Isabelita Morales y las hermanas Rosa Pastora y Teresa Bustamante; sólo se
estudiaba hasta el grado quinto y con eso se podía ser profesor.
Evoca la violencia y la política del país y entonces dice:
“Con el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril del 1948, se recrudeció
la violencia, según él, inspirada en los gobiernos del liberal Enrique Olaya
Herrera y del conservador Laureano Gómez. El conservatismo mandó durante
unos 45 años seguidos; luego se
alternaron el poder cada cuatro años, en lo que se denominó el Frente Nacional.
Segun su criterio, “la chusma”, hoy guerrilla, se conformó entre godos y
liberales, matándose unos a otros. En esa época, la gente corría para el monte
a dormir, caminaban hacia atrás para que no le siguieran el rastro y así no
pudieran ubicar su paradero o dormidero.
En 1950 se acaba el
penal cuando levantaron el personal de presos y guardias. En el caserío
quedaron Doña Jovita Higuita quien, al parecer, murió a la edad de 120 años y
Nicanor Botero Bedoya que falleció en Ituango en el año 2005”, manifestó
finalmente.
Agradecemos el aporte de Doña Flor Guzmán Orrego, hija de
Don Alfonso.
RELACIÓN DE ELEMENTOS
QUE AÚN QUEDAN DEL FUNCIONAMIENTO DE LA COLONIA
PENAL AGRÍCOLA DE ANTADÓ.
Estante o aparador, un cajón de la cama o
nochero, tres repisas, un nochero, cuadro con foto panorámica del antiguo
poblado, dos peroles, una olleta de aluminio, un molinillo de guayabo, una totuma, dos lámparas caperuza para
alumbrar el Cristo; un cuadro con el Cristo de Antadó que pertenecía a Don
Nicanor Bortero Bedoya, un cuadro con el Sagrado Corazón de Jesús, un estribo
de hierro, una campana de cobre perneteciente a la escuela, una olla
chocolatera de cobre, una gramera de cobre, un medidor de cobre, una olleta de
cobre, unos binóculos o anteojos, una silla o reclinatorio, una plancha de
hierro, una aguja de arria, dos barberas, un eslabón para amolar las barberas,
una tijera para cortar la crin de las bestias, dos cuernos de vaca donde se
guardaba la pólvora o pertrecho para cargar las escopetas de chiminea, un
medidor de pólvora, un pequeño pilón, hecho de madera en la región del Sinú; un
piIón mediano con dos manos de madera, una piedra para moler el maíz cuando no
había maquina de moler, una romana para pesar animales grandes cerdos y bultos.
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