DIMENSIÓN PROFÉTICA DEL
SIERVO DE DIOS
MIGUEL ANGEL BUILES
El profeta es alguien que cree en Dios y en el
pueblo, mira la vida y lee la historia con los ojos de
la fe, descubriendo en ella la ausencia o presencia
de Dios y ayudando a otros en el mismo
descubrimiento.
Así también Monseñor Miguel Ángel Builes que ha
escuchado e interiorizado la palabra de Dios, a la que ha
respondido con el acto de fe más profunda , se coloca en
medio de la comunidad, de su Diócesis, del pueblo en general,
como la voz, muchas veces “que grita en el desierto” ( Jn1,23),
para anunciar las misericordias del Señor, la paciencia y la
fidelidad para con su pueblo; del mismo modo denuncia las
modernas ideologías “ ateas” que comenzaban a invadir a la
sociedad Colombiana y por ende a la Iglesia y a su Diócesis.
Monseñor Builes es un profeta, que con la mirada de Dios,
juzga la realidad que se avenía, descubre la presencia de Dios
en la vida, en la historia y nos desvela sus planes de
“Cristificación”, es decir que Jesucristo sea en todo, para la
historia, al tiempo que busca comprometer a ese todos en su
realización.
Monseñor Builes, una persona, un creyente y un apóstol,
alguien que creyó en su ser de Hijo de Dios, en su saber y en
su saber hacer.
Su tarea de enseñar y testificar le exigía una
sólida vida espiritual. Este es el aspecto más
precioso de su personalidad. Esta vida en el
espíritu se deriva de su profunda unión con
Jesucristo, quien lo ha llamado, para estar con
Él, ser con Él y para enviarlo (Cfr. Mc 3,14) a
enseñar y a obrar en su nombre, a cumplir su
voluntad, de que todas las cosas sean uno en
Cristo…
Monseñor Builes es un profeta incómodo para
muchos de los dirigentes políticos de su tiempo,
para los encargados de administrar la justicia.
Contra éstos tiene las expresiones proféticas
más duras, que lo hacía en sus escritos, o
sermones, buscando con ello salvar al pueblo, su
Iglesia de las garras del “error”, “del espíritu diabólico de los
liberales”, “de la pérdida de los valores culturales”,” la
anulación de la catolicidad”. Conmovido por esto, Miguel Ángel
Builes mueve a defender la fe, los principios cristianos, según él
lo veía.
Sus Hijos e hijas participamos de esta función profética de
Monseñor Builes. Sus palabras y su vida, deben seguir juzgando
la historia, a la Iglesia de hoy, y deben seguir abriendo la historia
del mañana.
Y para ser fiel a Cristo profeta y a ese seguimiento profético que
de Él hizo Monseñor Builes, es necesario que asumamos con
El, los riesgos y las implicaciones que ésta conlleva, y según su
estilo y su testimonio, estar muy atentos a la realidad social en
todas sus dimensiones. Para vivir nuestro profetismo, sabemos
que no podemos ignorar o desconocer los múltiples problemas
que viven los pueblos. En medio de estas situaciones muestra
Dios su creatividad y es ahí donde tenemos que testimoniar el
Reino con espíritu profético, es allí donde nuestra espiritualidad
se templa, se fortifica, para confrontar nuestra fidelidad a Dios,
al pueblo, en una misma actitud de amor y servicio.
La dimensión profética, heredada de Monseñor Builes, se
convierte en un servicio de promoción humana integral, es
acción liberadora y transformadora, en compromiso histórico y
es presencia y participación activa en la construcción de una
sociedad, más justa, solidaria y fraterna.
IDENTIDAD PROFÉTICA DE MONSEÑOR BUILES
El mensaje recibido por Monseñor Builes y su experiencia de fe
y amor es tan fuerte que no puede callar y ante esto, Monseñor
no tiene otra alternativa que su servicio, aún cuando
experimente sus limitaciones particulares, asume de modo
personal su misión. Y de este modo va elaborando su propia
identidad en la respuesta a la Palabra que ha escuchado. De
ahí, que su actitud respecto a la llamada del Señor, más que
una decisión hecha sólo desde sí mismo, es una respuesta de
fe.
Firmemente Monseñor Builes, desde esa identidad profética
que vivía, con frecuencia exhortaba al pueblo para fueran fieles
a las “gracias de Dios”. Al mismo tiempo les anunciaba el
“amor misericordioso” y fiel de ese Dios”. Asiduamente
recordaba los valores que debía vivir el pueblo cristiano y
mantenerse como ramas unidas al tronco de la vitalidad, que
hace producir los verdaderos frutos, Jesucristo.
Por eso su voz resonaba por todas partes y su experiencia de
fe viva y verdadera la construyó en una unidad interna entre: su
amor a Cristo, su mística del cuerpo místico, su amor a la
Iglesia, su visión del compromiso social, el rol misionero tanto
suyo como de sus seguidores y todo como una exigencia para
lograr la salvación de las almas y dar Gloria a Dios. Esta
unidad, se torna vital para El, es la fuente decisiva del
compromiso profético de la fe y del amor asumido por Miguel
Ángel Builes.
“Protesto como siempre delante de Nuestro Señor y
de su Santa Iglesia que de antemano rechazo toda
palabra y toda frase que pueda tener lo más mínimo
contra mi fe y la doctrina de la Iglesia. Protesto
igualmente mi adhesión sincera y firme a las
disposiciones de la Santa Madre Iglesia y mi amor y
reverencia absolutos a mi amadísimo Padre el Papa. “
Mi Diario, Julio 22 de 1951
Hna. Fabiola Esquivel Villafañe
Hija de Ntra. Sra. De las Misericordias
BOLETÍN DE ESPIRITUALIDAD 11 – Julio de 2013
SIERVO DE DIOS
MIGUEL ANGEL BUILES
El profeta es alguien que cree en Dios y en el
pueblo, mira la vida y lee la historia con los ojos de
la fe, descubriendo en ella la ausencia o presencia
de Dios y ayudando a otros en el mismo
descubrimiento.
Así también Monseñor Miguel Ángel Builes que ha
escuchado e interiorizado la palabra de Dios, a la que ha
respondido con el acto de fe más profunda , se coloca en
medio de la comunidad, de su Diócesis, del pueblo en general,
como la voz, muchas veces “que grita en el desierto” ( Jn1,23),
para anunciar las misericordias del Señor, la paciencia y la
fidelidad para con su pueblo; del mismo modo denuncia las
modernas ideologías “ ateas” que comenzaban a invadir a la
sociedad Colombiana y por ende a la Iglesia y a su Diócesis.
Monseñor Builes es un profeta, que con la mirada de Dios,
juzga la realidad que se avenía, descubre la presencia de Dios
en la vida, en la historia y nos desvela sus planes de
“Cristificación”, es decir que Jesucristo sea en todo, para la
historia, al tiempo que busca comprometer a ese todos en su
realización.
Monseñor Builes, una persona, un creyente y un apóstol,
alguien que creyó en su ser de Hijo de Dios, en su saber y en
su saber hacer.
Su tarea de enseñar y testificar le exigía una
sólida vida espiritual. Este es el aspecto más
precioso de su personalidad. Esta vida en el
espíritu se deriva de su profunda unión con
Jesucristo, quien lo ha llamado, para estar con
Él, ser con Él y para enviarlo (Cfr. Mc 3,14) a
enseñar y a obrar en su nombre, a cumplir su
voluntad, de que todas las cosas sean uno en
Cristo…
Monseñor Builes es un profeta incómodo para
muchos de los dirigentes políticos de su tiempo,
para los encargados de administrar la justicia.
Contra éstos tiene las expresiones proféticas
más duras, que lo hacía en sus escritos, o
sermones, buscando con ello salvar al pueblo, su
Iglesia de las garras del “error”, “del espíritu diabólico de los
liberales”, “de la pérdida de los valores culturales”,” la
anulación de la catolicidad”. Conmovido por esto, Miguel Ángel
Builes mueve a defender la fe, los principios cristianos, según él
lo veía.
Sus Hijos e hijas participamos de esta función profética de
Monseñor Builes. Sus palabras y su vida, deben seguir juzgando
la historia, a la Iglesia de hoy, y deben seguir abriendo la historia
del mañana.
Y para ser fiel a Cristo profeta y a ese seguimiento profético que
de Él hizo Monseñor Builes, es necesario que asumamos con
El, los riesgos y las implicaciones que ésta conlleva, y según su
estilo y su testimonio, estar muy atentos a la realidad social en
todas sus dimensiones. Para vivir nuestro profetismo, sabemos
que no podemos ignorar o desconocer los múltiples problemas
que viven los pueblos. En medio de estas situaciones muestra
Dios su creatividad y es ahí donde tenemos que testimoniar el
Reino con espíritu profético, es allí donde nuestra espiritualidad
se templa, se fortifica, para confrontar nuestra fidelidad a Dios,
al pueblo, en una misma actitud de amor y servicio.
La dimensión profética, heredada de Monseñor Builes, se
convierte en un servicio de promoción humana integral, es
acción liberadora y transformadora, en compromiso histórico y
es presencia y participación activa en la construcción de una
sociedad, más justa, solidaria y fraterna.
IDENTIDAD PROFÉTICA DE MONSEÑOR BUILES
El mensaje recibido por Monseñor Builes y su experiencia de fe
y amor es tan fuerte que no puede callar y ante esto, Monseñor
no tiene otra alternativa que su servicio, aún cuando
experimente sus limitaciones particulares, asume de modo
personal su misión. Y de este modo va elaborando su propia
identidad en la respuesta a la Palabra que ha escuchado. De
ahí, que su actitud respecto a la llamada del Señor, más que
una decisión hecha sólo desde sí mismo, es una respuesta de
fe.
Firmemente Monseñor Builes, desde esa identidad profética
que vivía, con frecuencia exhortaba al pueblo para fueran fieles
a las “gracias de Dios”. Al mismo tiempo les anunciaba el
“amor misericordioso” y fiel de ese Dios”. Asiduamente
recordaba los valores que debía vivir el pueblo cristiano y
mantenerse como ramas unidas al tronco de la vitalidad, que
hace producir los verdaderos frutos, Jesucristo.
Por eso su voz resonaba por todas partes y su experiencia de
fe viva y verdadera la construyó en una unidad interna entre: su
amor a Cristo, su mística del cuerpo místico, su amor a la
Iglesia, su visión del compromiso social, el rol misionero tanto
suyo como de sus seguidores y todo como una exigencia para
lograr la salvación de las almas y dar Gloria a Dios. Esta
unidad, se torna vital para El, es la fuente decisiva del
compromiso profético de la fe y del amor asumido por Miguel
Ángel Builes.
“Protesto como siempre delante de Nuestro Señor y
de su Santa Iglesia que de antemano rechazo toda
palabra y toda frase que pueda tener lo más mínimo
contra mi fe y la doctrina de la Iglesia. Protesto
igualmente mi adhesión sincera y firme a las
disposiciones de la Santa Madre Iglesia y mi amor y
reverencia absolutos a mi amadísimo Padre el Papa. “
Mi Diario, Julio 22 de 1951
Hna. Fabiola Esquivel Villafañe
Hija de Ntra. Sra. De las Misericordias
BOLETÍN DE ESPIRITUALIDAD 11 – Julio de 2013
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