Ituango: duros caminos, gente maravillosa
1082009En un país desarrollado el acceso y la comunicación en cuanto a las vías terrestres es fundamental, es su principal fortaleza para poder exportar e importar a otras regiones los productos, víveres, alimentos, etc. e inclusive el traslado cómodo y rápido de sus mismos habitantes de un lugar a otro.
En Colombia, a pesar de contar con gran diversidad de productos naturales, hermosos paisajes, fauna y flora, existe una desigualdad muy grande en cuanto al desarrollo de unos pueblos con otros. En ocasiones es difícil darse cuenta que pasa con otras veredas cuando el acceso a éstas es dificultoso o casi imposible en algunos casos.
Ituango es un municipio ubicado al norte del Departamento de Antioquia y cuenta con una población de 43.919 habitantes. Al igual que otros municipios de Antioquia se ha visto golpeado por la violencia y los problemas sociales que aquejan a Colombia. Su gente es maravillosa, pues brindan una gran acogida a los viajeros y turistas y sus paisajes dejan entrever la belleza montañosa que caracteriza la región.
Estuve de viaje con Catalina Restrepo a éste lugar con el fin de reunirnos y compartir conocimientos con el grupo de jóvenes de Hiperbarrio Ituango que anteriormente han venido trabajando con la facilitadora del grupo y tutora virtual Nora Catalina Urquijo.
El objetivo era dar un taller de audio y vídeo, usando para la edición el Media Movie Maker, con el fin de aportarle nuevas herramientas de producción y publicación. Creo que las metas se cumplieron y esperamos haber cumplido las expectativas.
Fué una experiencia encantadora, pero algo que hoy en día me causó gran curiosidad es conocer y saber de lugares donde todavía el principal medio de transporte son las piernas. Fue así como conocimos a una familia (el padre, la madre y una menor) provenientes de una tribu indígena que durante nuestra estadía allá llegaron a la casa cural donde estàbamos alojadas. Pudimos cruzarnos algunas palabras con ellos (dominaban poco el español), y fue asì como nos dimos cuenta de que para poder llegar al pueblo para conseguir algunos alimentos y otras cosas. que necesitaban, habían tenido que caminar un día entero para poder llegar hasta la cabecera municipal.
Otra anécdota similar fue con un sacerdote de la parroquia, quien nos comentaba que en una de sus visitas a una vereda para cumplir con sus labores sacerdotales había tardado casi trece horas en caballo para llegar al lugar, pues éstos lugares no tienen acceso a otro medio de transporte y no hay otra alternativa sino esa.
Pero algo inquietante, es el estado de la carretera de acceso al municipio. Se trata de un atentado para quienes tienen que transitar diariamente por sus desfiladeros y pantanos. Muy triste ver que en nuestro país dejamos de actuar por falta de solidaridad, carencia de sensibilidad e indiferencia frente a lo que sucede con los demás.
En efecto la falta de solidaridad para actuar y mejorar las condiciones de vida de nuestros semejantes, y la insensibilidad con quien merece una vida digna, conducen a la indiferencia. de en relación con los desconocidos. Muy distinta es la reacción de quien ve que la vida de uno de sus seres queridos se encuentra en peligro, ya sea por que la casa donde vive esta completamente caída. En este caso se trata de una carretera de alto riesgo donde en cualquier momento puede suceder que los transeúntes sufran accidentes vehiculares fatales. Esto muestra la ausencia de el Estado a la hora la inversión de vías para estos municipios que están alejados de los grandes centros urbanos. Y como tristemente algunos dirigentes se preocupan muy poco por brindar un verdadero bienestar a su comunidad, esos derechos humanos quedan plasmados sólo en el papel. La realidad es otra y parece que muchos no la vieran, pues se gastan millonadas en campañas políticas, en proyectos y capacitaciones que nunca concluyen y quien sabe en manos de quien termina quedando el dinero.
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