LAS PESEBRERAS
Recordando las pesebreras en Ituango
LOS FAMOSOS CUIDOS EN NUESTRO PUEBLO
En Ituango eran muy importantes las bestias, fuera caballar o mular, era el carro de las gentes, servían de transporte de personas y de todos aquellos productos que producían las fincas, además entraban víveres de ciudades como Yarumal y Medellín, en fin podemos decir que la economía de nuestro pueblo giraba en torno a estos nobles animales. Para un ituanguino de lo más importante era su mula, su caballo, el cual cuidaba con mucho esmero y cuidado; a su mula la bañaban, le daban buena melaza, caña, le inyectaban vitaminas, en fin con tal de que estuviera bien para los largos viajes a Yarumal, Medellín y dentro del mismo Ituango, ya que por lo largo y extenso del mismo municipio, hay lugares, veredas y fincas a dos o tres días de la cabecera muncipal, imaginemosnos un ituanguino que proyectaba estar en la feria en Santa Rita, para sus negocios, salía en su mula negra bien madrugado para llegar ya en la tarde a la Granja donde amanecía y luego madrugaba para por fin llegar a Santa Rita; al dia siguiente, era un dia largo viaje y extenuante tanto para el pasajero como para la mula, por lo tanto ésta había que cuidarla para que soportara los largos viajes.
A una persona lo catalogaban de acuerdo a la mula o caballo que tuviera, el rico o personas acomodadas tenían sus mulas o caballos al cual daban un trato especial, de acuerdo al bolsillo del individuo era el animal. Podemos decir que habían bestias catalogadas por su estrato social de acuerdo al dueño.
Mulas famosas fueron: “La Colmilla y La Liebre”, de don Evelio Yépez; “El macho Danubio”, de Nazario Durango; el caballo “El Indio”, de Gilberto Jaramillo ( chirimba); otro animal famosos fue el caballo “Rucio”, de Alejandro Yépez; otros de menos alcurnia fueron el caballo de Julían Jimenez (La picuda), famosa por que daba un paso adelante y se devolvía dos, otros fueron los caballos de cortines, que traian la carne del matadero municipal, el burro del mono Loaiza, que traía leña de los Galgos y las bestias de Antonio María Pérez que cargaban hacia Guacharaquero, el señor jairo Calle ( Moquillo) de cuatro esquinas, fue famoso con su mulita la chana y la yegua de Rafaelito Yotagrí de la falde del Rio, el cual cuando le preguntaban como estás Rafaelito? Contestaba, “aquí al paso de la yegüíta”, dicho que se quedó entre las gentes de Ituango. En fin lo cierto del caso era que todo el mundo en Ituango rico o pobre tenia su caballo o mula; era el único medio de transporte, pero para cuidar esos nobles animales en Ituango hubo muchos cuidos o pesebreras, que era como una especie de hotel para estos animales; allí los cuidaban, los alimentaban y por su puesto el dueño pagaba por ello.
Las gentes llevaban su animal, a un cuido cuando llegaban al pueblo después de una extenuante jornada, en todo Ituango había cuidos por todas partes, veamos:
En Pio Décimo estaba el cuido de don Antonio Ciro, allí también se prestaba el servicio de potrero, en el cementerio estaban los cuidos de Serafin Chancy y Serafín Jaramillo, en Cuatro Esquinas estaba el cuido del señor Tito Porras, el de Juquín Castaño que estaba por los lados de los baños, lo mismo que el cuido de Arón Graciano, en la Carrera Ruíz, bajando a la finca de Ramón Eduardo Barrera, estaba el cuido de don Carlos Gutiérrez, y más abajo el cuido de don señor de apellido Valderrama..
En Peñitas estaba el cuido de don Alberto Bustamante, más exactamente de donde hoy queda el Coliseo Jaidukamá, un poco más hacia allá, antes de la entrada a la cancha de fútbol, estaba el cuido de don Luis García, allí llegaban las bestias de San Juan de Rodas y los Galgos, en el Carmelo estaba el cuido de don Senén Aguedelo, en la Partida de Peque estaba el cuido de don Porfirio Espinal, también en el Carmelo, estaba el cuido en la manga de los López hoy de los Ciros, en el Alto de doña Chinca estaba el cuido de don Marco Tulio Correa, y en la salida de la Hundida, por los lados de la escuela Antonio J. Araque, estaba el cuido de Tenazo más exactamente en lo que se conoció como el asilo viejo.
Como vemos por todo Ituango habían cuidos o pesebreras, a menos de ciertas casas que tenían su propia pesebrera, los muchachos de la época se peleaban por llevar las bestias a los cuidos, ya que con ello se conseguían unas monedas, además que podían montar en ellas, eso si en pelo.
Fue nuestro recuerdo a los cuidos pesebreras y lugares importantes por que allí cuidaban los motores con que se movía la economía Ituanguina
LOS FAMOSOS CUIDOS EN NUESTRO PUEBLO
En Ituango eran muy importantes las bestias, fuera caballar o mular, era el carro de las gentes, servían de transporte de personas y de todos aquellos productos que producían las fincas, además entraban víveres de ciudades como Yarumal y Medellín, en fin podemos decir que la economía de nuestro pueblo giraba en torno a estos nobles animales. Para un ituanguino de lo más importante era su mula, su caballo, el cual cuidaba con mucho esmero y cuidado; a su mula la bañaban, le daban buena melaza, caña, le inyectaban vitaminas, en fin con tal de que estuviera bien para los largos viajes a Yarumal, Medellín y dentro del mismo Ituango, ya que por lo largo y extenso del mismo municipio, hay lugares, veredas y fincas a dos o tres días de la cabecera muncipal, imaginemosnos un ituanguino que proyectaba estar en la feria en Santa Rita, para sus negocios, salía en su mula negra bien madrugado para llegar ya en la tarde a la Granja donde amanecía y luego madrugaba para por fin llegar a Santa Rita; al dia siguiente, era un dia largo viaje y extenuante tanto para el pasajero como para la mula, por lo tanto ésta había que cuidarla para que soportara los largos viajes.
A una persona lo catalogaban de acuerdo a la mula o caballo que tuviera, el rico o personas acomodadas tenían sus mulas o caballos al cual daban un trato especial, de acuerdo al bolsillo del individuo era el animal. Podemos decir que habían bestias catalogadas por su estrato social de acuerdo al dueño.
Mulas famosas fueron: “La Colmilla y La Liebre”, de don Evelio Yépez; “El macho Danubio”, de Nazario Durango; el caballo “El Indio”, de Gilberto Jaramillo ( chirimba); otro animal famosos fue el caballo “Rucio”, de Alejandro Yépez; otros de menos alcurnia fueron el caballo de Julían Jimenez (La picuda), famosa por que daba un paso adelante y se devolvía dos, otros fueron los caballos de cortines, que traian la carne del matadero municipal, el burro del mono Loaiza, que traía leña de los Galgos y las bestias de Antonio María Pérez que cargaban hacia Guacharaquero, el señor jairo Calle ( Moquillo) de cuatro esquinas, fue famoso con su mulita la chana y la yegua de Rafaelito Yotagrí de la falde del Rio, el cual cuando le preguntaban como estás Rafaelito? Contestaba, “aquí al paso de la yegüíta”, dicho que se quedó entre las gentes de Ituango. En fin lo cierto del caso era que todo el mundo en Ituango rico o pobre tenia su caballo o mula; era el único medio de transporte, pero para cuidar esos nobles animales en Ituango hubo muchos cuidos o pesebreras, que era como una especie de hotel para estos animales; allí los cuidaban, los alimentaban y por su puesto el dueño pagaba por ello.
Las gentes llevaban su animal, a un cuido cuando llegaban al pueblo después de una extenuante jornada, en todo Ituango había cuidos por todas partes, veamos:
En Pio Décimo estaba el cuido de don Antonio Ciro, allí también se prestaba el servicio de potrero, en el cementerio estaban los cuidos de Serafin Chancy y Serafín Jaramillo, en Cuatro Esquinas estaba el cuido del señor Tito Porras, el de Juquín Castaño que estaba por los lados de los baños, lo mismo que el cuido de Arón Graciano, en la Carrera Ruíz, bajando a la finca de Ramón Eduardo Barrera, estaba el cuido de don Carlos Gutiérrez, y más abajo el cuido de don señor de apellido Valderrama..
En Peñitas estaba el cuido de don Alberto Bustamante, más exactamente de donde hoy queda el Coliseo Jaidukamá, un poco más hacia allá, antes de la entrada a la cancha de fútbol, estaba el cuido de don Luis García, allí llegaban las bestias de San Juan de Rodas y los Galgos, en el Carmelo estaba el cuido de don Senén Aguedelo, en la Partida de Peque estaba el cuido de don Porfirio Espinal, también en el Carmelo, estaba el cuido en la manga de los López hoy de los Ciros, en el Alto de doña Chinca estaba el cuido de don Marco Tulio Correa, y en la salida de la Hundida, por los lados de la escuela Antonio J. Araque, estaba el cuido de Tenazo más exactamente en lo que se conoció como el asilo viejo.
Como vemos por todo Ituango habían cuidos o pesebreras, a menos de ciertas casas que tenían su propia pesebrera, los muchachos de la época se peleaban por llevar las bestias a los cuidos, ya que con ello se conseguían unas monedas, además que podían montar en ellas, eso si en pelo.
Fue nuestro recuerdo a los cuidos pesebreras y lugares importantes por que allí cuidaban los motores con que se movía la economía Ituanguina
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