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La historia del Carriel Antioqueño y montañero



Es el símbolo del paisa. Se usa en Antioquia desde tiempos inmemoriables. Los carrieles que se usaban hace más de cien años, tenían por lo general dos o tres bolsillos únicamente; estos han venido aumentando con el tiempo y se ha llegado a límites de dieciocho bolsillos : llevar más, sería andar con el carriel lleno de cueros!
Un carriel moderno y práctico, no tiene más de nueve bolsillos, contando las tres secretas, o bolsillos disimulados entre los forros.
La tapa del carriel va forrada siempre en piel peluda, ya sea de nutria o tigrillo, que son los más tradicionales, ya de león (puma), tigre (jaguar), y, últimamente, de ternero.
La bolsa, o carriel propiamente dicho, va pendiente del hombro izquierdo mediante una reata de unos tres dedos de ancha, fabricada de cuero delgado y recubierta de charol; algunas van adornadas con ojaletes metálicos y dibujos hechos con hilos de colores : verde, amarillo y rojo.
El carriel es usado por los campesinos y los puebleños en toda Antioquia : lo mismo en las tierras frías que en las calientes. Cada uno lleva en el carriel los utensilios que, de no usar el carriel, llevaría en los bolsillos.
Por tanto, no van las mismas cosas en el carriel del aserrador, que en el del guaquero, ni los mismos utensilios se encuentran en el carriel o guarniel del ganadero que en el del arriero. El que más cosas carga en el carriel, por la índole misma del oficio, es el arriero. En el carriel de un arriero es posible que encontremos más o menos lo siguiente :
Plata :
Billetes y a veces hasta grandes capitales que les confiaban los comerciantes de las poblaciones, para ser entregados a los mayoristas de las capitales, en pago de grandes remesas de mercancías. Un arriero que llevara hoy doscientas mulas cargadas, llevaría fácimente mercancías por valor de tres millones de pesos, como mínimo.
Una barbera :
No tanto para pelear, como dicen algunos, sino porque los arrieros, después de dos o tres, o diez días de penoso viaje, acostumbraban detenerse en alguna quebradita a la orilla del camino para asearse bien, peinarse y hacerse la barba : no les gustaba presentarse mal ante los comerciantes de la plaza. Por lo mismo, llevaban también :
Una peinilla, o peinecito pequeño, y ,Un espejito con tapa.
La tapa era para proteger el espejo, que sin ella se quebraba rápidamente en las bregas del camino.
Un farolito, de tela, plegable, para alumbrar el camino cuando los cogía la noche, y para alumbrar en la tolda. Para el farolito había que llevar, naturalmente : Una vela de cebo. Y para que la vela no se quebrara y se apachurrara dentro del carriel ensuciando todo lo que iba dentro, el arriero se hacía a su Guarda-vela, que era un estuchito de lata, como una especie de estilógrafo grande, donde guardaba la vela de sebo. Como las noches del arriero son muy largas y empiezan muy temprano, había que llevar con qué entretenerse :
Un par de dados y... La baraja española, para jugar tute mientras estaban los frisoles o mientras venía el sueño. Y antes de dormirse, leía por centésima vez ...
La carta di'amores que había recibido de la novia y entre sus dedos fuertes y encallecidos, acariciaba tiernamente el recuerdo de la ingrata :
Un crespito de la novia, atado con una cinta rosada y "perjumada" pa que "güeliera" como a ella. Tanto la carta de amor como el manojito de pelo, iban, naturalmente, ocultos en la secreta.
Leche de Sandio, envuelta en un pedacito de capacho de maíz : había que mantenerla pa curar el polvillo en los cascos de las bestias, y pa inflamaciones ... y, pa tapar gusanos en los "güeisis".

Por si una carga se rompe, por ai en el camino, es bueno llevar :
Una pitica. Enrollada, o un pedacito de cabuya. Claro que pa coser ha di haber...
Una aguja di'arria. Esta no siempre iba dentro del carriel. Muchos la pegaban en la copa del sombrero y aún la utilizaban para sujetar el ala del sombrero, contra la copa, al estilo mosquetero.
Una navaja capadora. Servía desde pa cortar callos y sacar niguas, hasta pa pelar alguna fruta o hacer alguna intervención quirúrgica en algún compañero o en algún animal.
Uno o dos amuletos. Eran los más comunes :
La uña de la Gran Bestia, de buen agüero para todo. La Cola del Gurre, buen agüero y, calentándola en una vela, servía para quitar el dolor de oído... o para quemarlo.
El Colmillo del Morrocoy... generalmente era cualquier desecho animal imposible de identificar... desde luego. El Colmillo del Tigre, y, a veces, una pepita cualquiera que, ellos creían, era la contra de una culebra, que la había dejao en la orillita de la quebrada para irse a beber agua.
También llevaban...
El oju'e venao, una cierta semilla muy dura y bonita que tiene la cualidad de defender a quien la carga, del Mal de Asiento o almorrana.
Tabaquitos para el viaje. Dios nos guarde que nos quedemos por ai en medio camino sin "naíta qui'humar"! Y para encender los tabacos, la chamiza del fogón y la vela del farol...
Recado de sacar candela : una piedra de castilla, un "deslabón" y yesca. Jamás faltó en el carriel de un buen antioqueño...
La estampita de la Virgen del Carmen, o un "Cristico" (pequeño Crucifijo)
Una libretica de apuntes y un lapicito
Un pito de cacho, para hacer señales a los compañeros.
Una foto de Alberto para recordar los bellos momentos
Los carrieles o guarnieles más famosos han sido tradicionalmente los Jericoanos, los Envigadeños y los Amalfitanos.
El carriel es el mismo morral de los pastores europeos, o la bolsa de los ricos señores feudales, que ha evolucionado ligeramente entre nosotros, haciéndose más ruda por el cuero.
Los primeros carrieles de Antioquia eran de tela o de cuero y tela, y llevaban bordado el nombre del dueño en la tapa. Los que dicen que el carriel es de orígen indio no están ni tibios.

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